En la Universidad Rutgers de New Jersey, antes de salir por su trámite, el migrante Hugo Navarro había iniciado estudios de Geología. «Pensaba que al ser Guatemala un verdadero laboratorio natural, con tanta riqueza de suelos, se podría aplicar en algo, alguna vez». Pero no concluyó esa carrera.
Al regresar a Estados Unidos, se decidió por estudiar Ecología Humana y posteriormente una maestría en Administración de Turismo Sostenible con la Universidad del Valle, que estudió en modalidad híbrida desde Estados Unidos. Ha trabajado como guía de turismo marino y avistamiento de ballenas en Maine, Estados Unidos. «Fue durante estos estudios que conocí a la directora ejecutiva de una organización conservacionista llamada Arcas Guatemala, a cuyo cargo, está la reserva de manglar de Chiquimulilla. Empecé haciendo una consultoría y terminé quedándome temporalmente como director.
Hugo no puede evitar expresar su admiración: «Este es un espacio, puro limpio, de gran potencial turístico, pero necesita de mucha ayuda. Pienso que muy pronto tendré que ir de regreso a Estados Unidos para volver a ganar dinero,. Aunque en un futuro ya no trabaje a cargo de este parque, quisiera seguir aportando a su conservación», expresa convencido.