Es internacionalista, diplomática de carrera, intérprete, pero sobre todo Guatemalteca: Irene Muñoz es cofundadora de la Asociación para la Creatividad y el Desarrollo, como aporte a su tierra natal.
“Soy Internacionalista, diplomática de carrera, traductora jurada (español-inglés), tengo estudios en ciencia política e interpretación médica. Mi gusto por los idiomas y las letras, corren por mis venas. Durante años me desempeñé en el campo de la asistencia y protección consular trabajando para el Ministerio de Relaciones Exteriores, con la comunidad migrante tanto en mi tierra natal Quetzaltenango, como en una de las misiones consulares que representan a Guatemala en el sur de California de los Estados Unidos de América”, cuenta Irene Muñoz Argueta de Smith, migrante guatemalteca.
“Colaboro vía remota con la Asociación para la Creatividad y el Desarrollo -ACD Guatemala- con sede en Guatemala, fundada por mi padre y hermana, y de la cual tengo el honor de ser cofundadora”, agrega la experta en relaciones internacionales,, graduada de la Universidad Rafael Landívar que a través del trabajo en el Ministerio de Relaciones Exteriores entró en contacto con las realidades, desafíos y vivencias de los migrantes guatemaltecos en Estados Unidos.
El drama migratorio de miles de connacionales en Estados Unidos lo conoció y vivió de cerca en San Bernardino, California, a donde fue trasladada en el 2015 debido a su constante afán de servicio. Esta es su historia.
Migró para ayudar
He cumplido nueve años de residir en el Estado de California de manera permanente. ¿Cómo llego a Estados Unidos? En Guatemala trabajaba el Ministerio de Relaciones Exteriores y fui trasladada al rango diplomático para servir en el servicio exterior a un nuevo consulado que, en San Bernardino, California”.
Tenía el cargo de tercer secretario del Consuladoo. “Trabajar en el servicio exterior es una experiencia enriquecedora de todo tipo, es el hecho de conocer de cerca qué viven, sienten y qué necesidades tienen nuestros hermanos guatemaltecos en otro país donde la mayoría no tiene documentos “.
Sabe que su circunstancia es distinta, pero eso no reduce su empatía: “Llegué a este país con el privilegio de una visa diplomática, pero eso no significa que no haya afrontado desafíos y tenga la responsabilidad de poner en alto en nombre de Guatemala”.
Como parte del Minex Irene Muñoz conoció el Centro de Procesamiento y detención de migrantes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) en el condado de San Bernardino donde asistió a de decenas de chapines detenidos, familiares de migrantes que debían tramitar la repatriación de un cuerpo o velar porque se respetaran los derechos de detenidos. Fue una experiencia fuerte.
Aprendizaje para la vida
La primera vez que la migrante llega a Estados Unidos como parte de su formación académica fue en el 2003. Esa experiencia marcó su vida porque vivió en carne propia una situación que a su criterio viven los guatemaltecos que llegan a cualquier Estado de este país.
“Fue difícil porque me fui sola. Fui asignada a una excelente familia donde materialmente no me hacía falta nada y me hacían sentir parte de esa familia. Sin embargo, estaba en otro país, con costumbres diferentes. Yo no me adaptaba, quería únicamente regresar, miraba los aviones y decía dentro mí: “quiero irme”.
“Superé esta crisis motivada por alcanzar mis objetivos regresar a Guatemala y terminar la universidad para seguir. Ahora puedo decir que eso que sentí en mi corazón ese anhelo por regresar lo viven los migrantes que llegan a este país y repito que soy privilegiada por llegar con una visa, pero cada persona tiene luchas internas”.
Con o sin "papeles" la vida es difícil en USA
“En Estados Unidos no hay diferencias. Aquí para atención médica es necesario contar con seguro médico. Incluso muchos estadounidenses se quejan también de su sistema de salud y es aquí cuando uno analiza lo que se vive en EE. UU. y el sistema de salud de Guatemala, por ejemplo”.
“Entonces ¿qué pasa con los migrantes? En California está el seguro Medical que se ofrece a los niños menores de 18 años.
¿Qué otras diferencias existen? El temor de ir en la calle de ir manejando. Aquí en California hay una ley que permite que cualquier persona obtenga un permiso para conducir. Sin embargo, hay que cumplir con las leyes porque aquí si se cumplen.
Amor transforma su vida
Cuatro meses después que Irene Muñoz llega a San Bernardino (2015), Aaron Smith, su novio de nacionalidad estadounidense le propone matrimonio. “Conozco a mi esposo en un viaje que él tuvo a Guatemala. Dios va diseñando los planes de vida y sabía que al comprometerme debía tomar una decisión, dejar mi país y muy posiblemente mi carrera, pero ahí es donde Dios intervino, así lo siento”.
La pareja se casa en el 2020 y la vida de la migrante toma un nuevo camino. Muñoz deja el servicio consular en el 2022 para trabajar con una organización que asiste a migrantes. El nuevo trabajo lleva a Muñoz a conocer más de cerca la dura vida de un migrante. “Muchos dirán que la vida del migrante es fácil o se ve fácil, pero la realidad es otra, la vida es sufrida, dura y eso no depende del estatus”.
Difícil momento para un migrante
Al hablar de momentos difíciles Irene Muñoz explica que su estatus en Estados Unidos es privilegiado. “Lo dijo sin ego y lo explico”: Mi estatus migratorio me permitió en dos ocasiones difíciles para mí tomar un avión y viajar a Guatemala, primero para despedirme de mi abuela, la segunda (…) y la más dura fue el fallecimiento de mi papá – 2021 –”.
“Conocí el caso de un migrante que participó del funeral de su padre a través de Facebook o casos donde los migrantes que perdieron a su cónyuge o hijos y expresaron su deseo de viajar a Guatemala y retornar como indocumentado una decisión arriesgada porque algunos no pueden salir, otros se van, pero podrán regresar”.
Altruismo desde su fundación
Desde la Asociación para la Creatividad y el Desarrollo de los guatemaltecos (ACD Guatemala), Irene Muñoz junto a su hermana Lucía Muñoz, dirigen un programa enfocado al tema migratorio.
“Sabemos que migrar es un derecho, lo que hacemos en ACD es dar respuesta al problema de la desigualdad, pobreza, violencia con base en derechos humanos”.
“ACD lleva información a escuelas, comunidades y se reúne con líderes comunitarios para informar y educar sobre los riesgos de migrar”, concluye Muñoz.