La fachada de la iglesia en San Andrés Xecul, Totonicapán es símbolo de identidad y resistencia este pueblo de origen K'iche'. ¿Cuántas figuras tiene? ¿Por qué es de color amarillo? Aquí te lo contamos

En una visita a San Andrés Xecul, Alberto Garín, profesor universitario y Doctor en arquitectura de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala reveló detalles de cuál fue el origen de este pueblo enclavado al pie de un cerro místico para la población indígena de esta localidad.

En una de sus crónicas Francisco Antonio Fuentes y Guzmán describe así a San Andrés Xecul (Siglo 17): “Es un poblado situado en unas lomillas y llanuras, camino fácil de emprender, tan solo cuenta en su padrón el pobre número es de ciento ochenta y ocho vecinos indios tributarios”.

Otra descripción es de Pedro Cortés y Larraz arzobispo de Guatemala, quien recorrió todas las parroquias del país en el siglo 18. “Es un poblado pequeño, el idioma que se habla es quiché, los caminos son buenos, en ninguno de los pueblos hay escuelas para niños, hay mucho ganado de lana – chivos –, la gente anda bien vestida, existe excesiva idolatría. Los indios son poco corregibles”.

¿Cuál es el origen de San Andrés Xecul?

Fue un pueblo de indios como lo describe la historia, una reducción. Fue un sistema que emplearon los españoles en el momento de la conquista para concentrar a las comunidades de naturales – población originaria – que iban incorporando al Virreinato de la Nueva España. Por lo general, estas comunidades vivían en terrenos dispersos.

Cada unidad familiar tenía su vivienda junto a su cultivo, su milpa de maíz. Lo que hicieron los españoles fue reunir a esas familias que vivían dispersas y las concentraron en un solo punto. Esa estrategia tenía dos objetivos. El primero es un claro control militar administrativo en esa fase inicial de la conquista y después una razón evangelizadora, se pretendía que el pueblo estuviera bajo la tutela de una parroquia.

¿En qué momento aparece el templo?

El edificio fundamental en esa época era el templo porque a partir de ahí se podía desarrollar una plaza como área de encuentro social para procesiones, mercado, reuniones del gobierno de la comunidad. Y a partir de ahí se desarrollaba el resto de la localidad. 

La singularidad de San Andrés Xecul es que la iglesia es un edificio emblemático de Guatemala por su muy colorida fachada. Es una construcción de finales del siglo XVIII, principios del XIX. Se sabe que este pueblo en el siglo XVI por alguna razón fue reorganizado.

El topónimo es el nombre habitual, Xecul. Los españoles santificaban los sitios dándole a la localidad el nombre de un santo, en este caso San Andrés y añadiéndole el topónimo local o la interpretación que le daban los mexicas que venían con los conquistadores.  Significa «cobijado por el cerro» o «bajo el cerro».

Por ejemplo, San Francisco Panajachel, Sololá. Panajachel es como se suele conocer, pero el nombre completo es con el santito por delante, en este caso San Francisco.

¿Qué se puede observar en la fachada?

A la vista están 200 figuras de santos, ángeles y personas que hacen referencia a los antepasados de este lugar. San Andrés Apóstol está en la cúspide central de la fachada y en otros lugares fueron ubicados San Cristóbal, Santa Clara y San Antonio de Padua.

Un dato curioso, hay figuras de ángeles con botas o calcetines. 

Y no podía faltar la figura de un jaguar. Los mayas lo relacionaban con el inframundo, poder, fertilidad o con el sol nocturno. También hay figuras de maíz, frutas, verduras, monos, entre otros.
El amarillo que predomina en la fachada y la cúpula se relaciona con el maíz, el rojo, a los sacrificios que sus antepasados efectuaban en esa zona.

El fondo amarillo, tan característico y simbólico, hace alusión al maiz como fuente de vida y alimento.

Iglesia de San Andrés Xecul, Totonicapán, fue edificada a finales del siglo XVIII. (Foto tomada de internet)
La iglesia de San Andrés Xecul es una obra de arte. Fue construida a finales del siglo XVIII. (Foto tomada de internet)

¿Se sabe por qué se reorganizó el pueblo?

Esa reorganización sobre todo se articula en torno a un nuevo gran templo. La presencia del templo es indudable, afirma Garín. 

¿Por qué tienen que rehacerla en estos finales del XVIII, comienzos del XIX? No queda claro si es que ha fracasado la población previa, o sencillamente la organización que se había creado en su origen no había terminado de funcionar. Lo que sí es evidente es la intervención de la comunidad en la fachada mural de iglesia.

¿Cómo describe al pueblo?

Estamos ante una comunidad muy tradicional que tienen unas lecturas litúrgicas teológicas realmente de una inocencia fantástica que viene a demostrar cómo estos pueblos seguían estando en ese mundo de tradición indígena que, a pesar de los tres siglos de historia virreinal, seguían teniendo unas particularidades propias de las tradiciones no precolombinas, pero sí ajenas o lejanas al mundo hispano fuera de la catolicidad que los hacen realmente singulares.

¿Qué representa la fachada de San Andrés Xecul?

Las pinturas que vemos hoy son muy brillantes porque han aplicado pintura plástica, en el pasado debían ser pinturas de cal sin ese brillo tan destacado. Es una fachada retablo, imitando el retablo que podía situarse al interior del templo donde tendríamos un conjunto de santos y de imágenes muy similar al que vemos en el exterior.

Llaman la atención los colores que han aplicado en la actualidad, por ejemplo, el franciscano – Francisco de Asís – en la parte inferior de la fachada podemos observarlo con un hábito azul y una capa roja, unos colores más propios de Superman. O, rememorando a los ancianos del Apocalipsis.

Lo interesante es que este colorido de las fachadas en realidad es una reminiscencia de las fachadas coloreadas de las iglesias medievales europeas. Esos colores se fueron perdiendo a lo largo del siglo XIX durante las restauraciones, pero en San Andrés Xecul, una comunidad tremendamente tradicional que ha mantenido los colores, aunque se apliquen pinturas más modernas.

Iglesia de San Andrés Xecul, Totonicapán, fue edificada a finales del siglo XVIII.
Muchos visitantes de San Andrés Xecul se llevan en la memoria y en sus cámaras fotográficas la imagen del emblemático templo.

¿La iglesia, qué estructura tiene?

Es una estructura sencilla, se trata de una nave única, cajón, con una cabecera recta, donde se sitúa el presbiterio cubierto por una cúpula muy coloreada y a partir del cual se desarrollan los diferentes tramos, no hay un crucero propiamente dicho. Por tanto, tenemos el presbiterio, esa sucesión de tramos y al final se sitúa la fachada, a un lado de la cual se coloca la capilla del baptisterio – pila bautismal – que es otro de los elementos significativos del conjunto. Pero sin duda lo más llamativo de la iglesia es su vistosa fachada coloreada.

¿Los colores de la fachada tiene relación con los trajes que usan las mujeres indígenas?

El mejor ejemplo lo tenemos aquí en este pueblo del occidente de Guatemala. Pero además el color forma parte de otra de las industrias más importantes de España, el tintado de los hilos con los que se tejen los trajes tradicionales indígenas tanto los cortes, las faldas como los huipiles, las camisas que utilizan no solamente las mujeres de Xecul sino de toda Guatemala. No sólo en San Andrés Xecul se lleva a cabo ese tintado en los pueblos alrededor también encontramos esta singular industria.

Los hilos se estiran, se tintan y después se dejan secar en las terrazas de las casas una marca distintiva de la fachada de la iglesia de San Andrés y se extiende por toda la ciudad ante estos hilos que secan al viento por doquier.

Iglesia de San Andrés Xecul, Totonicapán, fue edificada a finales del siglo XVIII.
La revista Condé Nast Traveler en 2017 calificó a la iglesia de San Andrés Xecul como una de las más bonitas del mundo.

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