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La nostalgia o melancolía un sentimiento normal fundamentado en el anhelo por recuperar lo que se ha perdido pero hay que saber transformarlo para revalorarse, pues si se prolonga resta fuerza al presente y pasión al futuro.

Por Adolfo Rodríguez

A menudo un migrante se encuentra con un sentimiento que de alguna manera reconforta, pero que no puede prolongarse mucho o se convierte en un lastre: es la nostalgia. Un recurso que ayuda a combatir el duelo por la pérdida de lo que se quedó atrás: algo normal en toda persona.

“La nostalgia afecta a todas las personas, pero tiene una especial sensibilidad para los migrantes. Tradicionalmente, la nostalgia puede ser asociada a negatividad,, pero también puede ayudar a lograr bienestar”, explica el psicólogo español Carlos Rodríguez, quien se especializa en dar acompañamiento al duelo migrante, pues por propia experiencia él también es migrante.

“Homesick” es uno de los términos para traducir nostalgia al inglés: una enfermedad por el hogar distante. “Es un sentimiento cercano a la melancolía acrecentado por la distancia temporal o espacial, busca saber que aquello que se extraña no se tiene y nunca se tendrá”, agrega Rodríguez, quien suele encontrar puntos comunes en las evocaciones nostálgicas  en estudios efectuados con migrantes: “El yo en relación a personas cercanas, queridas o eventos familiares, bodas graduaciones. Estas descripciones solían tener más manifestaciones de afecto positivo”. En ese sentido es normal e incluso positivo permitir tal sentimiento.

Sin embargo puede conducir a una crisis si persiste por demasiado tiempo. “La nostalgia se produce en respuesta a un estado de ánimo negativo. Usamos la nostalgia como mecanismo de afrontamiento para amortiguar la tristezqa que produce la soledad o la pérdida”, agrega. Si este recuerdo sirve para recuperarse y seguir es positivo, de lo contrario se conviert en un sufrimiento.

Recordar mediante imágenes, fotografías, diálogos aquellos elementos positivos pasados puede dar calidez y permitir recuperar algo de aquella alegría social. “La nostalgia combate la angustia”, dice y coloca como ejemplo la canción ¿Recuerdas, Walter?, de 1968, del grupo The Kinks, cuya letra refleja con mucha claridad las preguntas y los anhelos nostálgicos.

“Walter, recuerda cuando el mundo era joven
Y todas las chicas conocían el nombre de Walter.
Walter, ¿no es una pena que nuestro pequeño mundo haya cambiado?”,


es la estrofa inicial. Y más adelante canta: “ ¿Recuerdas, Walter, cómo dijimos que pelearíamos contra el mundo para ser libres? Ahorraríamos todo nuestro dinero y compraríamos un bote y navegaríamos hasta el mar. Pero eso no iba a ser… Te conocí entonces, pero ¿te conozco ahora?”

“El lado oscuro de la nostalgia es que alberga trampas y uno puede quedar atrapado al idealizar el pasado sin notar que la gente ha cambiado. El mundo en que vive la persona se paraliza y cree que aunque pase el tiempo su pueblo sigue siendo el mismo de antes. La nostalgia es un retrovisor color de rosa que solo da una visión bidimensional de la vida, pero que puede nublar el futuro”

Claves para recuperarse y aprovechar la nostalgia: integrarla a la vida y la cultura del nuevo lugar, ya sea a través de arte, de hallar un propósito de vida y de saber descubrirse nuevamente. La nostalgia es un alivio pero solo si dura poco, de lo contrario puede ser un agujero oscuro.

Para escuchar la exposicion completa de la nostalgia del psicólogo Carlos Rodríguez, escúchela aquí.

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