«Si algunos se enteraran de que la historia los observa, lo pensarían dos veces a la hora de ejecutar sus movimientos que no pretenden otra cosa que el beneficio propio. Lo que no saben es que la historia tarde o temprano los juzga y los pone en su lugar. En nuestra Guatemala, la historia, con su tinta fértil, ávida de acontecimientos y colores, supo escribir en rojo cuando le tocó y en triste, si es que existe ese color, cuando la infamia se apoderó de algunos que usaron de manera deliberada el poder que el pueblo les otorgó para su propio beneficio»