Artista polifacético: cantante, compositor, promotor cultural y mucho más. Gustavo VII lleva 49 años de camino musical, pero sobre todo de impulsar valores de identidad guatemalteca y talentos de la música de Guatemala desde Los Angeles, donde reside.
Todavía no cumplía 15 años Gustavo Castillo cuando se presentó en televisión, en un programa del canal 11 de la televisión guatemalteca. Su familia no quería que se dedicara al arte, así que ensayó a escondidas para aquella presentación. Era un 6 de abril de 1974. “Ensayé en la casa de un amigo en Amatitlán. Mi mamá no sabía. Mi papá estaba ya trabajando de migrante en Estados Unidos”, relata el artista, radicado en Estados Unidos desde 1988, quien nunca se olvida de su natal Guatemala, a donde regresa casi cada año a seguir impulsando el arte.
Así nació Gustavo VII: en su propia voz
Desde niño, Gustavo soñaba con ser artista. Quería escribir novelas, historias, poemas. A los 5 años, en párvulos, comenzó a cantar y bailar en los actos escolares. Actuaba en los festejos del Día de la Madre, de la Independencia y también cantaba el himno en los actos cívicos. A la fecha, en algunos actos solemnes, considera un gran honor encontrar el canto nacional de Guatemala.
“Viví en la zona 3 capitalina, en la colonia Santa Marta. Pero mi padre tenía alma de gitano y luego nos pasamos a la Justo Rufino Barrios, en la zona 21; después en Montserrat y luego en La Florida”, cuenta.
Ya en la secundaria, la clase de música era su favorita y el maestro lo ponía a ejemplificar los tipos de voces musicales. “Me gustaba mucho cantar y en ese tiempo existía en la televisión de Guatemala un programa llamado Campiña. Hicieron un concurso para elegir una nueva voz, a un cantante joven. Mis amigos me animaron a participar. Yo estudiaba en el instituto Tezulutlán”.
Había muchos participantes en aquel programa. El locutor Gonzalo “Chalo” Hernández, ya fallecido, dirigía la audición. “Él sólo oía un poquito de cada concursante y decía: no me gusta, no me gusta, pase otro. No me gusta. Me tocó mi turno”.
“Yo tampoco pasé. Y mis amigos se enojaron, pero me volvieron a inscribir para la siguiente semana. A la segunda vez, empecé a cantar. A media canción me dijo ¡pare! Pensé que me sacarían de nuevo, pero no. ¡Aquí está el elegido!… Y fue así como llegó la presentación del 6 de abril”.
Grabación de un cover del tema Feelings, en 1980. (Youtube Gustavo VII en USA)
Un debut atesorado en el corazón
“Aquel día de 1974 canté en vivo, con una orquesta. Nadie quería que yo fuera. Ni mis hermanos, ni mis papás ni mis sobrinos. Pero cuando salí en televisión, todo se descubrió. Pero me comprometí a ser serio, a cuidar mi imagen, a seguir estudiando. Formamos un grupo de 30 jóvenes en la colonia Justo Rufino Barrios. Practicábamos canto, teatro, comedia, hacíamos shows. Nos invitaban a todas partes: a San José Pinula, a Palencia, Antigua Guatemala, a Zacapa… Y como nos conocían por ser muchachos sanos, había cooperativas de microbuses que nos transportaban gratis. Nadie fumaba ni tomaba. Jóvenes sanos.”
En los siguientes años, Gustavo VII tomó su nombre artístico (pero hasta el final de esta historia contamos de dónde provino). Empezó a trabajar en radio y en televisión. Era invitado a programas transmitidos en vivo. “Compartí con grandes talentos guatemaltecos: Juan de Dios Quezada, Paco Cáceres, Alicia Azurdia, Victor Manuel Porras, Carlos del Llano… pero yo era el mas jovencito de aquel ambiente. Allí fui aprendiendo a cantar con mejor técnica.
La razón por la cual migró a EE.UU.
Todo iba muy bien en la carrera de Gustavo VII. Cuando apareció el canal 5 de la TV guatemalteca, Gustavo se convirtió en el primer artista al que le filmaban un videoclip. Trabajó en la Radio Nacional TGW hasta 1988. Producía musicales y obras de teatro. Hacía giras a México, El Salvador, Honduras y todo iba bien…
“Mi papá llevaba años trabajando en Estados Unidos. Logró agarrar papeles legales en Estados Unidos y nos pidió a mi mamá y mis hermanos. Nos fuimos. El 28 de agosto de 1988 debuté en el teatro Million Dollar y hasta el día de hoy no he parado de cantar”, refiere con emoción.
Tuvo su propio programa de TV en Los Angeles entre 2000 y2008. Actualmente tiene un espacio de entrevistas que transmite por su fanpage de Facebook, en el cual entrevista a artistas hispanos, incluyendo guatemaltecos. Ha participado en organizar actividades para la comunidad migrante guatemalteca, no solo en lo referente al arte sino también a la defensa de sus derechos. “Buscamos generar identidad, unión, que seamos hermanos guatemaltecos”, dice.
También ha instituido los premios anuales que llevan su nombre G7 Awards, en los cuales empezó premiando a connacionales. “Pero artistas de México y Sudamérica me dijeron ¿y nosotros? Entonces tuve que ampliar. Esa premiación ya se ha convertido una tradición con más de 15 años de trayectoria”.
“La cualidad más grande del guatemalteco es ser trabajador. El defecto más grande es que allá en el país no siempre sigue las leyes, pero al venir a Estados Unidos se vuelve temeroso de la ley, porque aquí sí sale caro hasta una infracción de tránsito: te sube el precio de la aseguranza, de las multas. Se tiene certeza de que si no se cumple la ley hay consecuencia”, opina con afán constructivo.
Guatemala en el corazón y la voz
“Musicalmente hablando he luchado por recuperar la cultura de Guatemala, exponiéndola dentro y fuera del país. Mi sueño es rescatar a la nueva generación de artistas. Si no lo logro, hay más gente que tiene las mismas inquietudes. Amo cantar temas populares muy arraigados y tradicionales como Luna de Xelajú, Por qué será, Soy de Zacapa, Luna de Miel en Río dulce o Lágrimas de Telma.
¿Y por qué Gustavo VII? Pues fue como un juego. Cuando yo comencé a cantar, solo había seis reyes llamados Gustavo. Así se llamaban en Suecia. Gustavo sexto murió en 1973. En aquel 1974 entonces yo fui Gustavo VII, eso sí… de Guatemala”.
Pero no se crea que Gustavo VII o Gustavo Castillo, el mayor de 5 hermanos, solo ha vivido del arte. “He tenido que trabajar y muy duro en el arte, pero también en el oficio de sastre. Soy un migrante guatemalteco y vine a trabajar como todos los compatriotas. Trabajé en un taller de sastrería. Se llamaba Luigi’s Tailoring. Allí le hicieron trajes a Michael Jackson, a Luciano Pavarotti.”
De una u otra forma, sueños y realidades siempre se topaban con el arte musical: la canción de vida, amor e ideales de Gustavo VII, quien el próximo 17 y 18 de junio será el conductor de la franja artística de la II Feria Cultural Guatemalteca, de Los Angeles.
