Éxitos

Arquitectura paisajista floreció con Carlos Martínez en el frío de Canadá

Arquitecto, escritor y fotógrafo migrante nacido en Guatemala y con gran huella creativa. Carlos Martínez refleja en su historia el gran poder de los sueños y la creatividad.

Carlos Martínez estuvo un año en California para intentar finalizar su secundaria pero volvió sin lograrlo, a Guatemala. Después pudo ir bastante más al norte, a Montreal, Canadá, donde las barreras eran aún mayores: idiomática, cultural, económica, laboral… suficiente para desanimar a cualquiera. Pero tenía un gran sueño: ser arquitecto. 

No fue sencillo, ni fácil ni breve. Los guatemaltecos en Canadá no son tantos como en EE.UU., pero su presencia se destaca.  Por eso la huella de Carlos Martínez, migrante guatemalteco está literalmente, en edificios y áreas verdes diseñados por él en Canadá. Esta es su historia.

 

¿Cuándo te convertiste en migrante?

Antes de ir a Canadá, estuve en Los Angeles, California, a los 17 años.  Estaba en secundaria, pero vi la oportunidad y traté de llegar a los Estados Unidos para terminar mi escuela secundaria. Pero no se logró. No tuve la posibilidad económica suficiente y no podía trabajar con visa de estudiante. Casi al año,  regresé a Guatemala.

El arquitecto Carlos Martínez recomienda a los jóvenes en Guatemala y migrantes en cualquier país,a perseguir sus sueños a pesar de las barreras y las dificultades.
El arquitecto Carlos Martínez recomienda a los jóvenes en Guatemala y migrantes en cualquier país,a perseguir sus sueños a pesar de las barreras y las dificultades.

¿Dónde vivías en Guatemala?

Yo crecí en el barrio Moderno, en la zona 2, al lado del Cerro del Carmen. Vengo de una familia de artistas. Mis hermanos fundaron el grupo Caoba, que fue muy famoso en los 70s y 80s.  Tuvieron mucho éxito y hoy en día tienen Caoba Estudios.

Pero yo no tenía la madera para la música como ellos. Me gustaba el arte visual. Seguí estudiando en el colegio Vanguardia Juvenil porque quería ir a la Universidad, para estudiar Arquitectura.

 

¿Allí te graduaste?

No fue posible. Eran aquellos tiempos de hasta 200 alumnos en una clase de matemática. Había que tener largavistas, pero iba superando clases. Hasta que en 1972 empezaron serios problemas de represión. 

No importaba que no estuvieras en ningún grupo activista: estabas en la Usac y allí era el núcleo de la vigilancia del Estado. Empezaron a desaparecer a compañeros. Los secuestraban y no aparecían. El Gobierno cerró la Usac y los estudios quedaron en duda. 

 

¿Y cómo se da la migración a Canadá?

Un amigo me dijo que iba a probar suerte a Montreal. «Voy a ver cómo me va y te cuento», me dijo. A los seis meses me contactó. Si quieres venir aquí, aquí hay trabajo, se puede aprender idiomas y me puso todo muy bonito. Llegué en septiembre de 1972 y al llegar el invierno, este pajarito tropical se le congelaron las plumas.

 
En una publicación se su blog, Carlos Martínez recuerda sus primeros días en Montreal: sin trabajo, sin saber inglés ni francés, sin posibilidades de seguir sus estudios de arquitectura, en la ciudad de Montreal, Canadá. (Fotografía Carlos Martínez)
En una publicación se su blog, Carlos Martínez recuerda sus primeros días en Montreal: sin trabajo, sin saber inglés ni francés, sin posibilidades de seguir sus estudios de arquitectura, en la ciudad de Montreal, Canadá. (Fotografía Carlos Martínez)

¿Qué fue lo más difícil?

Solo sabía unas palabras de inglés y nada de francés. Allá se hablan los dos. No tenía título educativo, así que empecé a trabajar cargando camiones en una fábrica. Estuve varios meses pensando en seguir mi carrera, pero no podía seguir estudios sin traducir mi título de diversificado. 

Después de casi dos años de trámites y trabajando en fábricas, apliqué a la Universidad de Montreal. Ya estaba decepcionado, cansado, pero insistí ujna vez más.  Trabajaba en una fábrica de piezas para satélites y aviones. No ganaba nada mal. Era una compañía alemana y me querían enviar a aprender más en Alemania, pero yo quería ser arquitecto. Lo intenté y por fin me aceptaron.

 
"Mi francés era muy básico cuando entré a la universidad. Pero profesores y estudiantes se sorprendían de mi voluntad por integrarme a la vida académica superando las limitaciones"
Carlos Martínez, arquitecto paisajista radicado en Canadá
Carlos Martínez
Arquitecto paisajista guatemalteco radicado en Montreal, Canadá

¡Por fin! Tu sueño hecho realidad

Puedes imaginarte el estrés de entrar en una universidad con mi francés elemental.  Tenía tanta motivación y deseo que lo intenté. Llegué a la Universidad y ni siquiera podía aplicar para una bolsa de estudios porque no era canadiense. 

Tenía que seguir trabajando, pero al menos, al conocer a profesores, me dieron trabajo en la universidad.  Se sorprendían de cómo estaba yo allí sin apenas hablar francés. Pero con muchas ganas de aprender y a cuantos podía les solicitaba conversar para practicar el idioma.

¿Quién te ayudó más?

Tuve un maestro que me apoyó para conseguir un trabajo en la bahía de James, en el norte de Quebec, en un estudio y construcción para recuperar áreas naturales afectadas por la construcción de diques y represas. Allí conocí a biólogos, expertos forestales, ecologistas que trabajaban en el rescate de la taiga (bosques del norte). En la Facultad de Arquitectura de Montreal, había el Departamento de Arquitectura, Diseño Industrial y Arquitectura Paisajística. Y este proyecto me llevó a trabajar en eso. 

 
La Casa del Árbol fue una de las obras que Carlos Martínez diseño en el Jardín Botánico de Montreal, en donde trabajó por 22 años. (Fotografía Carlos Martínez)
La Casa del Árbol fue una de las obras que Carlos Martínez diseño en el Jardín Botánico de Montreal, en donde trabajó por 22 años. (Fotografía Carlos Martínez)

¿Eso decidió la especialidad en arquitectura del paisaje?

El mentor que me ayudó a conseguir el trabajo, era directivo del Jardín Botánico de Montreal y llegó a ser director. Es uno de los tres  jardines botánicos más importantes del mundo. Después lo eligen Alcalde de Montreal. Pierre Bourque. 

Mi francés ya era mejor tras cuatro años de estudio y entonces Pierre decide hacer un proyecto interesantísimo: proponer a Montreal como sede de una exposición internacional de floricultura. Les dicen las Floralías. Pierre me invitó a ser parte de su equipo. Pero tenía que dejar de lado una maestría que estaba estudiando.

Este proyecto fue un gran éxito. Éramos cinco arquitectos paisajistas. Y a mí, por el hecho de hablar español, me asignaron hablar con países y participantes de habla hispana. Viajé a Colombia, a Costa Rica, también Guatemala y México. Hubo 30 países participantes, fue un gran éxito. 

Lo único malo es de que cuando el proyecto se terminara, yo me quedaba sin empleo.

¿Y qué hiciste?

Apliqué para un empleo en el servicio de parques de Montreal. Con la experiencia de la Floralía me aceptaron, entré a trabajar en proyectos inmobiliarios urbanos de la municipalidad de Montreal: parques, áreas verdes, pistas de bicicleta y todo lo que ayudara a aumentar las áreas verdes en Montreal y consolidar las que ya existían. 

Luego fui consultor para proyectos en otros países y representé a Canadá en exposiciones internacionales de floricultura.

¡Súper! Eso quiere decir que ya estabas volando en las alas de tu gran sueño

Así es. La creación de espacios para la naturaleza como un complemento ideal de la ciudad se convirtió en una pasión y un espacio de crecimiento.  Fueron muchos los proyectos en los que trabajé. Y aunque ya me retiré, sigo adelante en la realización y la esperanza. Y por eso le digo a los jóvenes: nunca pierdan sus sueños porque son lo que los llevará lejos

¿Cuál consideras tu mejor obra?

Trabajaba en el servicio de parques, pero también en el Jardín Botánico de Montreal. Consolidé y reestructuré todos los arreglos paisajísticos, con la ayuda de un grande y talentoso equipo. Renovamos casi todos los invernaderos y muchas áreas. 

El Jardín tiene 73 hectáreas, es enorme y debe tener jardines de sombra, jardines de sol, de plantas comerciales, ornamentales. También está la Casa del Arbol, el insectario de montreal, los jardines de rosas y el invernadero de las orquídeas. Hasta gané un premio en Canadá por ese proyecto.

¿Cómo el ser guatemalteco ha sido clave en tu labor?

Desde el nombre mismo: Guatemala quiere decir lugar de bosques, lugar de árboles. Es algo muy simbólico. Guatemala es un país extremamente rico en historias, en culturas, en artesanía. Mi padre fue periodista, trabajó para Guatemala Flash, Carlos Martínez Barrios. Entonces con él aprendí el proceso fotográfico de antes…

¿Y cómo surge la creación fotográfica?

La fotografía siempre ha sido parte del trabajo arquitectónico. Pero ya creación surgió más en la pandemia, empecé a fotografíar los detalles de la naturaleza. Y el medio digital permite hacer muchas cosas. Intenté hacer contactos entre Montreal y Guatemala, hice un estudio para un nuevo jardín botánico en Guatemala, pero nunca se logró. Dí conferencias, conocí gente interesante pero no hubo posibilidad de hacer mucho.

Entonces le puse más énfasis a escribir, a combinar pintura con fotografía y seguir explorandola creatividad.

En mi blog publico mis pensamientos.  Sería pretencioso decir que hago crónicas o narraciones. La verdad que lo que hago es un diario de reflexión. Y un diario que está abierto al público en general y en particular a mis amigos y conocidos.

No tengo ninguna pretensión de hacer crónicas ni de poseer la verdad. Solo trato de compartir pensamientos y reflexiones. Y bueno, enhorabuena si alguien los ve y encuentra algo, enhorabuena. 

Más historias de triunfo y esfuerzo

Periodista, escritor, docente universitario. Nació en Guatemala, 1971. Egresado de la Carrera de Comunicación Universidad Rafael Landívar. Ha trabajado en varios medios de comunicación, entre ellos Prensa Libre, entre 1996 y 2022. Actualmente dirige el…