El poder de contar historias y trazar estrategias es el camino de ideas de Shannon Langrand, hija de nicaragüense, que pone su talento al servicio del impulso de servicios de salud.
En Houston, Texas, la hija de un revolucionario nicaragüense -que murió cuando ella tenía 7 años- ha logrado lo que solo una de cada 23 mujeres empresarias alcanza en Estados Unidos: dirigir una compañía valorada en casi 20 millones de dólares. Su nombre es Shannon Langrand, y su historia encarna el poder del aporte hispano en Estados Unidos, combinado con la visión y resiliencia de las raíces inmigrantes.
Langrand es fundadora y directora ejecutiva de Langrand, un think tank creativo enfocado en el sector salud que rompe el molde de las agencias tradicionales. Desde su creación hace 22 años, ha ayudado a gigantes como Kaiser Permanente y HCA Houston Healthcare a anticipar transformaciones profundas en la atención médica, integrando estrategias de marca, diseño de transición y pensamiento de futuro.
“Dirijo una agencia sin haber trabajado nunca en una”, comenta con ironía Langrand en una entrevista. “No tener ideas preconcebidas me permitió imaginar algo diferente: menos proveedor, más socio estratégico”.
Raíces que inspiran independencia
Su historia empieza mucho antes de su éxito empresarial. El padre de Shannon fue un revolucionario nicaragüense que murió cuando ella era niña. Aquella pérdida, y la experiencia de crecer como primera generación estadounidense, moldearon su carácter y su sentido de responsabilidad. “Desde pequeña entendí que debía abrirme camino y construir algo propio”, ha dicho.
Esa combinación de identidad latina, independencia y propósito sería la base sobre la que edificó su empresa. Hoy, Langrand figura entre las 26,000 mujeres en Estados Unidos que han logrado escalar un negocio más allá de los 10 millones de dólares anuales, según el informe The 2025 Impact of Women-Owned Middle Market Firms.
En el Mes de la Herencia Hispana, el perfil de Shannon Langrand fue exaltado en la revista Forbes.
Una pionera latina en el mundo corporativo
En un país con más de 14.5 millones de negocios liderados por mujeres, solo el 2.7% supera la barrera de los 10 millones de dólares. Entre ellas, las mujeres hispanas representan apenas el 15.3%. Langrand desafía esas estadísticas con un modelo empresarial que combina visión estratégica y propósito social: ayudar a las instituciones de salud a construir confianza con sus comunidades.
Para ella, la confianza no es solo un tema de mercadeo. “En salud, no se trata de fidelidad del consumidor, sino de vidas”, afirma. Su agencia diseña estrategias que ponen al usuario en el centro, escuchando las experiencias reales de las mujeres y promoviendo sistemas de atención más equitativos.
De las campañas políticas a la transformación del sector salud
Antes de fundar Langrand, Shannon trabajó en campañas políticas, donde aprendió sobre comunicación, coaliciones y manejo de audiencias diversas. Esas destrezas se convirtieron en una ventaja al abordar la complejidad del sistema de salud estadounidense.
La agencia nació enfocada en proyectos de comunicación, pero pronto evolucionó hacia la consultoría estratégica, uniendo diseño, análisis de tendencias y visión de futuro. Hoy, Langrand combina a futuristas, diseñadores y estrategas que ayudan a hospitales y aseguradoras a navegar los cambios impulsados por la tecnología y la inteligencia artificial.
Reinventarse para crecer
Hace una década, Langrand tomó una decisión inusual: detener el crecimiento para redefinir la cultura interna de su empresa. “Estábamos cayendo en el molde de las agencias tradicionales”, reconoció. Aquella “retirada estratégica” —que implicó reducir proyectos y reenfocar valores— le permitió volver a su esencia y retomar el camino del crecimiento sostenible.
Desde entonces, Langrand ha consolidado una reputación basada en la independencia, la autenticidad y la colaboración. Su modelo inspira a otras empresarias latinas a construir empresas de alto valor sin renunciar a su identidad ni a su propósito.
“Mi padre me enseñó que cada revolución comienza con una idea”, ha dicho Shannon. “La mía fue demostrar que una hija de migrante puede cambiar el modo en que se hacen las cosas”, afirma.
Talento de mujeres migrantes es brillante













