Chapines de Corazón presenta bailes y escenas tradicionales guatemaltecas en ciudades de Estados Unidos. Nació en Houston gracias al entusiasmo de la migrante guatemalteca Susana Oxlaj.
Nadie triunfa solo y la unión hace la fuerza son dos frases que aplican bien al esfuerzo de Susana Oxlaj, migrante guatemalteca radicada en Houston, Texas desde hace 20 años.
Originaria de San Francisco El Alto, Totonicapán, Susana se graduó de maestra de educación primaria y tambien estudió enfermería. Cuando llegó a Estados Unidos, sus labores dieron un giro total pporque no había entonces espacio para aplicar sus conocimientos.
«Uno pude hacerse muchas ideas al migrar, pero aquí nada es fácil. Si tienes un pequeño negocio en Guatemala, tal vez piensas que puedes ampliarlo en Estados Unidos, pero no. Aquí se comienza desde cero y yo empecé a trabajar en el área de limpieza de edificios y casas».
Raíces de identidad que florecen
«Cuando ya uno tiene hijos, todos los esfuerzos se enfocan en sacarlos adelante a ellos. Yo aprendí inglés para tener mejores oportunidades laborales y quizá quería seguir estudiando, pero ya uno no hace las cosas para sí misma sino para la familia».
«En 2012, para una actividad del Consulado de Guatemala en Houston me dijeron si mi hija podía aparecer en un acto cívico de septiembre portando un traje maya. Desde Guatemala mi mamá me apoyó para conseguirlo, se mandó a traer todo lo necesario y entonces salió ella bailando un son con su indumentaria. Ella nació aquí pero estaba muy feliz de vivir sus raíces guatemaltecas», cuenta Susana.
«A partir de entonces vino otra invitación y surgió el deseo de contactar a más guatemaltecos migrantes, para que se unieran al grupo, ellos o sus hijos. Se fueron consiguiendo trajes, nos informamos acerca de danzas y costumbres. Nos presentábamos en eventos a los que nos invitaban. Una vez me preguntaron: Mire y ¿cómo se llama el grupo? En ese momento me dí cuenta que no tenía nombre. Pero en cada presentación y agradecimiento al público, yo siempre solía decir: Todos somos chapines de corazón, porque hay niños y jóvenes ya nacidos en Estados Unidos, pero que se identifican con el país. Y fue así como le quedó «Chapines de Corazón».
Los retos de seguir adelante
No siempre es fácil reunirse para un ensayo o para un evento. «Aquí en Estados Unidos las distancias son grandes. Entre una ciudad y otra pueden haber recorridos de una o dos horas. ¨Por lo cual debemos cuadrar horarios con los participantes».
«Otro reto es lograr atraer a los asistentes, por la misma razón de las distancias, los horarios de trabajo y las prisas propias de la vida en Estados Unidos. Al inicio tuvimos algunos fracasos. Casi no llegaba gente a los primeros eventos y si cobrábamos la entrada, menos (risas). Pero todo tiene gasto: los adornos, la música, el local, el sonido. Los marimbistas cobran porque tienen familia y deben pagar traslados. Gracias a Dios hay patrocinadores que nos apoyan, muchos de ellos son guatemaltecos».
Pero no siempre fue fácil y hubo momentos en los que Susana se desanimó y se sintió sola en el esfuerzo de impulsar raíces. «Cuando mi hija tenía 14 yo dije: ya, voy a parar todo esto. Cuando tenía 15, volví a decir eso, pero seguía organizando eventos. Y ahora ella tiene 19 me dice: Mami, tú nunca vas a parar!».
¿Y qué le motiva?: «Alguien tiene que seguir la iniciativa, alguien tiene que ocuparse de organizar, de mantener vivas las tradiciones. Porque yo pienso que Salí de Guatemala pero Guatemala nunca saldrá de mí».
El grupo tiene actualmente un vestuario propio de 15 trajes de diversas regiones de Guatemala, pero también hay participantes que aportan sus propias indumentarias, compradas o heredades. De hecho a a veces organiza pasarelas de moda maya con gran éxito.
Susana sigue adelante. Trabaja en cuidado especializado de adultos mayores, pero su gran ilusión siempre está en el próximo evento. En diciembre próximo espera presentar de nuevo Navidad Guatemalteca, una actividad que en 2021 logró presentar un tradicional torito pirotécnico en Houston.