Ante el retorno a clases en Estados Unidos, es importante seguir una serie de recomendaciones para apoyar a los estudiantes a lograr un ingreso escolar seguro y efectivo.
Muchos estudiantes se sienten emocionados por el regreso a clases debido a que se vuelven a encontrar con sus compañeros y compañeras o porque sienten curiosidad por las cosas nuevas que van a aprender.
No obstante, también hay menores de edad que pueden llegar a sentirse abrumados por el retorno escolar y el fin de las vacaciones, pero para todo hay una solución.
Con la finalidad de evitar emociones negativas para el regreso a clases y hacer de esta vuelta a la escuela una experiencia enriquecedora, a continuación te dejamos 5 consejos para acompañar de la mejor manera a los estudiantes.
Para la psicóloga, Fernanda Urrutia, quien tiene una maestría en educación infantil especial, da algunas recomendaciones para que el regreso a clases sea más placentero para los estudiantes.
Consejos para el regreso de los estudiantes en Estados Unidos:
1. Reconocer que la preocupación y ansiedad es normal
Cada año escolar implica una situación nueva: nueva sala de clases, cambio de profesores o de compañeros. El temor a la incertidumbre es totalmente esperable y es importante que él o ella lo sepa.
Para lograr lo anterior es útil conversar sobre las distintas emociones que pueden existir con la entrada a clases.
No existe una única forma de sentir y es importante que todas puedan ser expresadas y bien recibidas.
Es esencial transmitir que las emociones cambian. Si hoy se siente miedo, no necesariamente se quedará para siempre, por ejemplo.
2. Enseñar opciones para manejar el estrés
Niñas, niños y adolescentes están atentos a los comportamientos y emociones de los adultos, buscando señales que les indiquen cómo manejar sus propias emociones en momentos difíciles.
Algunos tips para mostrar cómo manejar el estrés a los estudiantes son:
Contarles sobre lo que generalmente se hace para manejar situaciones nuevas o estresantes, qué cosas resultan y qué cosas no.
Practicar en conjunto ejercicios simples de respiración o relajación.
Recordar a menores de edad que si se sienten muy intranquilos en horario de clases, pueden buscar apoyo en alguien de confianza en el establecimiento.
3. Ser paciente y respetar los tiempos
Luego de tanto tiempo sin clases, volver a la escuela no es tan sencillo como se pudiera pensar.
En este sentido se recomienda conocer el nuevo espacio o volver a acostumbrarse a la rutina escolar, algo que puede tomar su tiempo, el que variará de persona a persona.
Lo mejor es graduar las exigencias y no esperar que todo vuelva a funcionar perfecto en los primeros días.
4. No olvidar la importancia de la diversión
Es importante visualizar que el retorno a la escuela no debe ser sinónimo de ausencia de diversión y entretenimiento.
Los espacios de esparcimiento e interacción social son igual de importantes para el desarrollo, por lo que es importante buscar un equilibrio.
Para mantener el equilibrio entre diversión y las responsabilidades escolares, estas son las siguientes recomendaciones:
Ayudar a los estudiantes a identificar los momentos de entretención en la escuela y cómo se pueden aprovechar.
Resguardar horarios de juego y diversión en la rutina diaria de estudiantes, lo mismo para el ocio.
5. Pide ayuda oportunamente
En caso de existir dificultades durante este periodo de clases, lo mejor es coordinar con prontitud una reunión en la escuela. Muchas situaciones pueden solucionarse realizando pequeños ajustes en la rutina escolar. Lo más importante en estos casos es que ellos sientan que sus padres, cuidadores, docentes y personal escolar en general están presentes para prestarles ayuda y protección.
¿Cuáles son las señales de que el o la estudiante tiene problemas con el regreso a clases?
Miedo intenso a estar solo o sola.
Pesadillas o terrores nocturnos frecuentes.
Gran ansiedad al salir de casa o separarse de la familia.
Preocupación constante por su seguridad o los miembros de la familia.
Fuerte resistencia a ir a la escuela.
Frecuentes dolores estomacales, de cabeza, o malestar físico sin causa identificable.
Cambio de ánimo irritable o decaído.
Si estas reacciones tienen una alta frecuencia o intensidad e interfieren con el funcionamiento cotidiano de los niños, niñas y adolescentes, se recomienda consultar a un especialista.