Marco Augusto Quiroa (1937-2004) dibujó, pintó, escribió cuentos e historietas. Su obra exhibe un universo latinoamericano que recuerda el muralismo pero sobre lienzos con un estilo depurado, línea exacta y palabra sorpresiva.
El arte guatemalteco del siglo XX no puede entenderse sin mencionar a Marco Augusto Quiroa (1937-2004), originario de Chicacao, Suchitepéquez, es uno de los creadores más versátiles y desenfadados de la región. Escritor, pintor, grabador y escultor, su obra se caracterizó por un espíritu crítico, irreverente y profundamente ligado a la identidad chapina.
No solo fue artista visual sino también un ingenioso cuentista, con relatos en los que aborda crudas realidades, mitos populares y escenas sorpresivas. De hecho, solía considerarse a sí mismo un “Gato Viejo”, que fue el título de uno de sus libros de relatos. Era un tipo sonriente, gran conversador y de gran agilidad para dibujar.
Un artista que rompió moldes
Nacido en la Ciudad de Guatemala en 1937, Quiroa creció en un país marcado por contrastes sociales y culturales. Su formación artística no siguió los cánones tradicionales, pues prefería explorar, experimentar y confrontar. Fue un autodidacta que transitó entre la literatura y las artes visuales, generando una producción híbrida y singular.
Como escritor, dejó cuentos y ensayos cargados de ironía y crítica social. Como pintor y escultor, creó piezas intensas, con un lenguaje propio que combinaba símbolos prehispánicos, humor negro y gestos de protesta frente a la realidad guatemalteca. Su estilo fue considerado vanguardista y contestatario.
Una vida entregada al arte
A lo largo de su carrera, participó en múltiples exposiciones nacionales e internacionales. Su obra trascendió fronteras y fue reconocida por instituciones de prestigio. Además, formó parte de una generación de artistas que buscó nuevas formas de expresión en medio de un contexto político complejo.
Quiroa también fue un gran narrador oral, un personaje de voz potente y carisma indiscutible que impregnaba de teatralidad cualquier conversación.
Su muerte y legado
Marco Augusto Quiroa falleció el 16 de octubre de 2004, a los 67 años. Su partida dejó un vacío en la escena artística guatemalteca, pero su obra continúa siendo referencia obligada para entender la experimentación y la ruptura en el arte nacional.
Hoy, es recordado como un creador que se negó a ser domesticado por las normas académicas y sociales. Su importancia radica no solo en la calidad plástica y literaria de su trabajo, sino también en la actitud con la que enfrentó la vida: libre, crítica y profundamente comprometida con el espíritu creativo.
La importancia de Quiroa para el arte
Marco Augusto Quiroa es considerado un puente entre la tradición y la modernidad, un artista que se atrevió a desafiar estructuras y a dar voz a lo marginal. Sus obras, conservadas en colecciones públicas y privadas, siguen despertando admiración y debate.
Su figura es clave para entender la evolución del arte contemporáneo guatemalteco, donde su nombre permanece como sinónimo de irreverencia, innovación y autenticidad.
Conoce más de Guatemala, acá...













