Manolo Gallardo (1936-2021) tenía un trazo prodigioso y una pincelada que convertía en realidad cada rostro, cada cuerpo y cada textura representada.
Una gran ausencia se marcó en la escena artística guatemalteca con la muerte de Manolo Gallardo Mansylla, uno de los pintores, escultores, dibujantes y retratistas más destacados de su generación.
Falleció el domingo 3 de octubre de 2021, a los 85 años, pero no sin dejar un legado de arte provocativo, a menudo polémico, plasmado con un estilo realista que casi se podía tocar , pero que a menudo lo metió en más de una polémica.
Trayectoria y vida
Manolo Gallardo nació el 10 de junio de 1936 en la Ciudad de Guatemala. Durante sus primeros años mostró ya inclinaciones artísticas, influenciado por su entorno familiar y por la belleza humana como inspiración constante.
Inicialmente, estudió Medicina en la Universidad de San Carlos de Guatemala, pero abandonó ese camino para dedicarse al arte. En la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) comenzó su formación formal en arte a mediados de los años 50.
Entre 1957 y 1965, Gallardo viajó a España para continuar su formación. Estudió en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, la Academia Artium, la Academia Peña y en la Academia de Eduardo Peña, además de otras instituciones vinculadas al arte clásico y moderno.
Su primera exposición importante fue en 1957 en el Instituto Guatemalteco Americano (IGA). Con el tiempo participó en más de 100 exposiciones personales y colectivas tanto dentro como fuera del país: México (Chiapas), Sevilla (Expo ’92), Roma (Museo Vaticano), Casa do Brasil en Madrid, entre otras.
Además de su obra plástica, Gallardo compartió su conocimiento como docente en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de Guatemala, en la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos (Usac) y en la Academia Gallardo de Guatemala.
Estilo, técnica y temáticas
Reconocimientos
El 3 de octubre de 2021, el Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala confirmó su fallecimiento, informando que tenía 85 años. Se realizaron honras fúnebres en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, y fue despedido por la comunidad artística y cultural del país.
Su deceso deja un vacío real en el panorama cultural guatemalteco, pero también un cuerpo de obra que sigue inspirando: por su virtuoso dominio técnico, por su valentía al explorar temas sociales, políticos, simbólicos, y porque su obra convoca al espectador a cuestionar, a sentir y, sobre todo, a ver más allá de lo aparente.
¿Contra quién o qué se levantaba?
Manolo Gallardo Mansylla fue sin duda un maestro que dejó de existir físicamente, pero cuyo legado sigue vivo en los muros de galerías, en las esculturas públicas, en los estudiantes que enseñó y en quienes ven en su arte un espejo crítico. Su vida ejemplifica la persistencia, la técnica refinada, la mirada audaz. Guatemala pierde a un gigante de la plástica, pero su pintura, escultura y pensamiento siguen alimentando el imaginario colectivo.
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