Alma del café de Momostenango es el proyecto impulsado por el migrante Ángel Ambrocio y Momostipán, que busca pagar precios dignos a los campesinos, procesar grano de alta calidad y distribuirlo sin fronteras.
El migrante retornado guatemalteco sabe y disfruta la cataduría de café todas las regiones del país. Está convencido de que Guatemala tiene el mejor café del mundo Adquirió y cultivó su habilidad como barista cuando fue trabajador migrante en Washington D.C., Estados Unidos, pero la siguió ampliando a través de su emprendimiento: el café y panadería Momostipán, en Momostenango, Totonicapán, empresa familiar de tres generaciones cuya dirección y renovación Ángel asumió en 2014, al volver a Guatemala. De hecho, en junio próximo celebrará 10 años de Momostipán.
Angel conoce, colecciona, explora, prepara y disfruta café de todas las regiones de Guatemala. Experimanta sus texturas, cuerpo, acidez y mezclas de tonalidades según la región. Pero eso mismo le llevó a notar que el café de las montañas de Momostenango, su tierra natal, aún no fuera reconocido por su calidad y se decidió a hacer algo para cambiar eso. Así lo relata:
"Hace cuatro años comenzamos este proyecto..."
«Tenía el sueño de apoyar a caficultores artesanales de Momostenango, muchos de ellos ya mayores de edad. Me dí cuenta que les pagaban muy bajo precio por el café que producían», relata Ángel Ambrocio.
«Pero no es solo de pagar más, es desarrollar esa fama de calidad. Ellos deben conocer su producto, saber qué especie de cafetales tienen, recolectar y procesar cada vez con más valor». El plan piloto fue con dos familias y actualmente ya son 12 las familias campesinas momostecas a las cuales se les compra para elaborar un «blend», es decir una mezcla uniforme con sabor propio.
"Queremos catapultar el café de esta región"
«La aspiración a futuro es que los campesinos cultiven y recolecten por variedades específicas, locales, pero bien definidas. Pero esto lleva tiempo, porque se debe enseñar. Tengo un amigo, que trabajó por 13 años en la Asociación Nacional del Café, agrónomo, que trabaja en Atitlán, quien vendrá y explicará a la gente las variedades de café que tiene».
«Deben aprender sobre la composición de suelo, los tipos de árbolees de sombra, como mantener y podar el cafeto para una mejor cosecha. Aquí en Momostipán vamos a dar esa capacitación y también iremos a los terrenos», agrega el migrante Ángel Ambrocio acerca de su visión sobre este café de Guatemala.
Rostros y manos laboriosas
"Este café tiene el alma de Momostenango porque valora el suelo, la altura pero sobre todo el trabajo de los campesinos locales"
«Momos es montaña, igual que Huehuetenango, pero su suelo genera un sabor singular, que es el que estamos poniendo en valor. En estos 4 años se ha ido afinando la entrega del café», agrega Ambrocio, quien recuerda que el fallecido poeta Humberto Ak’abal siempre le comentaba la necesidad de impulsar ese grano local.
«En 2024 hemos recibido buena calidad, tanto así que vamos a distribuir dos lotes experimentales, porque los vamos a vender no solo como bebida sino también a través de masa de chuchitos. Existe una variedad de café de cereza amarilla, único de la región. Este lanzamiento está previsto para junio próximo, cuando Momostipán cumpla su décimo aniversario», agrega el emprendedor y promotor del desarrollo del caficultor local.
Para que se antoje: ¿A qué sabe este café?
El café de Momostenango sabe a un suelo de altura y bosque. el barista y emprendedor migrante Angel Ambrocio lo describe así:
«Este café viene de una tierra increíblemente generosa, tipo bocacosta pero del lado de la montaña. Al probarlo hay algo único en su aroma, con un toque de chocolate amargo que se percibe y una acidez muy singular». Y lo dice a base de haber catado decenas de cafés de todo el país. «Todos excelentes. Guatemala tiene grandes cafés, pero el de Momostenango aún es poco conocido».
De hecho en una reciente competencia de baristas efectuada en Quetzaltenango, Angel Ambrocio llevó a su hijo y a un sobrino, que ya están aprendiendo el arte de esta bebida aromática.
«En lugar de mandar a traer café de otras regiones, llevamos una muestra de café momosteco seleccionado y tostado por nosotros. Queríamos ver su potencial. Quedamos a la mitad de la tabla y eso fue una buena noticia, porque competíamos contra granos gurmet, de exportación y altísima calidad. Así que debemos seguir trabajando en el proceso».
Alma de Momostenango ya rebasa fronteras
Mientras tanto, para toda persona que desee disfrutar un buen café, dentro o fuera de Guatemala, Alma de Momostenango está disponible en el café Momostipán y pueden hacer envíos a áreas cercanas. Se les puede contactar a través de su sitio de Facebook.
«Sabemos que muchas libras de nuestro café se han ido a Estados Unidos, y también a otros países. Son guatemaltecos que lo piden a sus familiares, ellos se los consiguen y envían. Apenas estamos empezando pero empezamos bien, sobre todo porque este éxito también beneficia a las familias campesinas que cuidan a diario sus plantas y que ahora buscan una calidad cada vez mayor y también un beneficio económico para bienestar y desarrollo de sus familias».