Juana López Sánchez originaria de Concepción Chiquirichapa, Quetzaltenango, Guatemala migró a Estados Unidos en 2004 para encontrar una oportunidad. Es madre de cuatro hijos y emprendedora. Bethania Eben-Ezer ofrece atoles, panes y otras delicias guatemaltecas.
La migrante guatemalteca Juana López Sánchez emprendió su negocio de panes, atoles y antojitos guatemaltecos en Arlington, Virginia, tras haberse quedado sin trabajo durante la pandemia por el coronavirus del año 2020. Originaria de Concepción Chiquirichapa, Quetzaltenango, tenía el sabor en sus manos y también una solución para salir adelante.
“Todos en la familia nos quedamos sin trabajo. Teníamos que hacer algo. Se nos ocurrió preparar y vender pan a compañeros y vecinos”, cuenta la migrante quetzalteca. Las redes sociales fueron la herramienta principal para ofrecer aquellos antojos. No sabían si iba a funcionar o no.
Desde Juana y su familia comparten sabor, nostalgia y tradición con la comunidad guatemalteca migrante. “Realizamos entregas a domicilio desde el inicio y poco a poco empezamos a crecer”, cuenta. Así lograron el ingreso básico para pagar la renta y necesidades básicas durante crisis del covid 19.
Actualmente continúan con el negocio familiar y dedican los fines de semana para atenderlo. Juana se encarga de cocinar tamales, atol de elote, atol de such, chuchitos, platillos como chicharrones y ceviches de camarón. Por otro lado, su esposo se encarga de adquirir los panes en una distribuidora, mientras sus hijos apoyan en la toma de pedidos y empaque.
“Cuando las personas prueban por primera vez siempre regresan, por eso sabemos que es producto de calidad” agregó Juana López. Su proyecto a futuro es obtener un local y establecerse para brindar un mejor servicio. Juan Tomas esposo de Juana se dedica a realizar las entregas y vende en su vehículo los panes, mientras Juana en su hogar vende antojitos para llevar.
Juana aprendió a cocinar cuando llegó a Estados Unidos con la ayuda de compañeros de trabajo y videos de redes sociales “No me conforme, hasta que me salía la receta, veía videos en Facebook y YouTube así aprendí a cocinar. También mi familia que siempre está ahí para apoyarme y motivarme” agregó Juana López.
Quesadillas de elote, pan francés, dulce, tostadas, champurradas, cubitos molletes, xecas y otros panes son los más solicitados por locales e inmigrantes, los pedidos se toman por medio de redes sociales y entregas a domicilio en el estado de Arlington Virginia Estados Unidos.
Algo del menú: ¿Qué se te antoja?
Experiencia y más aprendizaje
Aunque cada integrante de la familia tiene su empleo, todos aportan al emprendimiento familiar. Juana se encarga de cocinar tamales, atol de elote, atol de such, chuchitos, chicharrones y ceviches de camarón. Su esposo se encarga de adquirir los panes en una distribuidora guatemalteca, mientras sus hijos apoyan en la toma de pedidos y empaque.
“Cuando las personas prueban por primera vez siempre regresan, por eso sabemos que es producto de calidad” cuenta Juana López. Su proyecto a futuro es obtener un local y establecerse para brindar un mejor servicio. Juan Tomas esposo de Juana se dedica a realizar las entregas y vende en su vehículo los panes, mientras Juana en su hogar vende antojitos para llevar.
Juana trabajó en cocinas de restaurante a su llegada a Estados Unidos. Aprendió entonces y lo sigue haciendo a través de redes sociales. “No me conformé, hasta que me salía la receta. Veía videos en Facebook y YouTube así aprendí a cocinar” agrega la migrante.
Quesadillas de elote, pan francés, dulce, tostadas, champurradas, cubitos molletes, xecas y otros panes son los más solicitados por locales e inmigrantes, los pedidos se toman por medio de redes sociales y entregas a domicilio en el estado de Arlington Virginia Estados Unidos.l
Un emprendimiento familiar
Juana López es originaria de una familia de agricultores y desde joven aprendió el oficio de tejer huipiles. Se casó con Juan Tomás, tuvo tres hijos. Decidieron junto a su esposo encontrar una oportunidad que les permitiera crecer y ofrecer una calidad de vida. “Vi la realidad de vida, era más gasto y compromiso, pensé en ellos y en su futuro. Yo nunca fui a la escuela y no quería eso para mis hijos”.
Juan Tomas fue el primero en emigrar. En 2003 Juana llegó a Estados Unidos. Dejó a sus tres hijos con su mamá. Ambos trabajaron en varios oficios para lograr unificar a su familia. Fue en el año 2013 cuando llegó su primer hijo y en el siguiente año su hija. El mayor decidió quedarse con la abuela materna y culminó sus estudios universitarios en Guatemala.
Durante la pandemia de 2020, falleció la mamá de Juana. su hijo mayor se quedó solo. “Mi madre vivía mejor y observaba nuestro trabajó”. Juana estuvo dispuesta regresar a Guatemala. “Mi hijo mayor fue el último en llegar, ya lleva un año con nosotros”.
Sus hijos Nelson, Estuardo, Midelky, Samuel y su esposo Juan Tomas han logrado el éxito a base del apoyo y amor familiar, Actualmente su hijo mayor estudia inglés mientras sus hermanos estudian, trabajan y todos apoyan en el negocio familiar.}