Las remesas son un acto de amor y responsabilidad del migrante guatemalteco para con su familia, eso es innegable. Pero sus efectos sociales y económicos a nivel país se discuten a partir de tres principales enfoques, tres teorías. ¿Cuál te parece más realista?
Las remesas enviadas por migrantes guatemaltecos desde Estados Unidos para ayudar a sus familia son un acto de amor y responsabilidad. También son en efecto un factor de reducción de la pobreza mayor a cualquier otro programa estatal. En 2025 se proyecta un nuevo récord, siguiendo la tendencia de años previos. Pero ¿cuáles son las tendencias a futuro?
Para analizar sus efectos reales, concretos y a largo plazo a nivel social y económico hay al menos tres teorías, las cuales trazan escenarios de futuro. ¿Las conoces? Aquí está una síntesis, basada en el estudio de Evaluación del impacto de las remesas y sus perspectivas a largo plazo, publicado por la Univeresidad Rafael Lendívar de Guatemala.
Remesas migrantes: Teoría del desarrollo económico
Las remesas se consideran una forma de ingreso externo que puede actuar como un catalizador para el desarrollo económico de un país.
Las remesas aumentan el poder adquisitivo de las familias receptoras, permitiéndoles no solo cubrir necesidades básicas, sino también invertir en educación, salud y otras áreas críticas para el desarrollo humano.
Este incremento en el gasto de los hogares puede tener un efecto multiplicador en la economía local, estimulando la demanda agregada y fomentando el crecimiento económico a nivel nacional.
Además, en contextos donde el acceso al crédito es limitado, las remesas pueden ser una fuente crucial de financiamiento para pequeñas y medianas empresas. Esto puede promover el emprendimiento y contribuir a la diversificación económica, reduciendo la dependencia de sectores específicos y mejorando la resiliencia económica ante crisis externas.
Remesas migrantes: Teoría de la dependencia
Por otro lado, la teoría de la dependencia plantea una visión más crítica sobre el impacto de las remesas en los países receptores. Según este enfoque las remesas pueden crear una dependencia económica que, en lugar de fomentar el desarrollo sostenible, perpetúa una estructura económica desigual.
Esta dependencia puede manifestarse de varias maneras, como la reducción de la participación laboral en la economía local, ya que las familias receptoras podrían preferir depender de las remesas en lugar de buscar empleo o emprender actividades productivas.
Además, el flujo constante de remesas puede desincentivar a los gobiernos locales de implementar políticas efectivas de desarrollo económico y reducción de la pobreza, al considerar las remesas como una ‘solución fácil’ para los problemas económicos estructurales.
Esta situación puede llevar a una falta de inversión en infraestructura, educación y otros sectores críticos, lo que a largo plazo puede limitar el crecimiento económico sostenible.
Remesas migrantes: Teoría del círculo vicioso
La teoría del círculo vicioso sugiere que, aunque las remesas pueden ofrecer un alivio económico a corto plazo, pueden contribuir a perpetuar la pobreza y la desigualdad a largo plazo.
Esta teoría destaca que la dependencia de las remesas puede llevar a una disminución en la inversión en capital humano, como la educación y el desarrollo de habilidades, ya que las familias pueden priorizar el consumo inmediato sobre la inversión en el futuro.
Además, la emigración de una parte significativa de la población activa en busca de mejores oportunidades en el extranjero puede reducir la base productiva del país receptor. Esto puede llevar a una disminución en la competitividad y la innovación, limitando las oportunidades de crecimiento económico sostenible a largo plazo.
Un aporte clave para el país













