Las tostadas de Guatemala tiene historia, sabor y son un símbolo de tradición y festejo.
Las tostadas guatemaltecas son uno de los platillos más representativos de la comida típica del país. Simples en su preparación, pero cargadas de historia y sabor, se han convertido en un clásico de las ferias, celebraciones familiares y hasta en las calles, donde son vendidas por manos expertas que las sirven con generosidad.
Un poco de historia
El origen de las tostadas en Guatemala se remonta a la época colonial, cuando el maíz —base de la alimentación de los pueblos mayas— se combinó con ingredientes traídos de España. De esta mezcla nació la tortilla frita en aceite o en comal con manteca, que se convirtió en la base crujiente perfecta para agregar guisos, salsas y vegetales.
Con el paso del tiempo, las tostadas no solo se volvieron un platillo accesible y popular, sino también una manera de compartir en comunidad. No hay feria patronal, convivio escolar ni visita a una casa guatemalteca donde falte la bandeja de tostadas, servidas como aperitivo o como un almuerzo ligero.

¿Por qué son tan ricas?
La magia de la tostada está en su equilibrio de texturas y sabores. La tortilla frita aporta el toque crujiente, mientras que cada guarnición ofrece frescura, picante o suavidad según la elección. Además, son económicas, fáciles de preparar y permiten mucha creatividad, lo que las hace queridas por todas las generaciones.
Las variedades más populares

Un símbolo de identidad
Más allá de su sabor, las tostadas representan hospitalidad y orgullo cultural. Para los guatemaltecos en el extranjero, prepararlas es también una forma de recordar el sabor de casa y mantener vivas las tradiciones.
Ya sea con salsa, frijoles o guacamol, las tostadas chapinas siguen siendo uno de los bocados más queridos de la gastronomía nacional: crujientes, económicas, variadas y, sobre todo, compartidas con quienes se quiere.

Conoce esta comida guatemalteca que no puedes dejar de probar...

















