Yucely Beb, q'eqchi', de Cobán, Alta Verapaz, ingeniera en mecatrónica y doctora en automatización, trabaja en Francia en tecnología para detectar cáncer. Pero el 4 de octubre desfiló en pasarela de moda maya en París.
El 4 de octubre de 2025, en plena Semana de la Moda de París, una científica guatemalteca maya q’eqchi’ desfiló por primera vez en una pasarela. Fue una sorpresa. Fue una invitación. Y lo hizo con garbo, elegancia y dignidad, porque se trataba de indumentaria maya. Era la colección Herencia Ancestral de Textiles D’La Rossa, de Totonicapán.
“Es algo que yo no esperaba —dice Yucely Beb, entre risas—. Fue una invitación que recibí. Mi enfoque siempre ha sido la educación, la investigación y transmitir a los jóvenes la ciencia. Esto fue totalmente distinto a mi trabajo. Yo apoyé a D’La Rossa en París y me invitaron a lucir uno de los trajes. Fue muy emocionante sobre todo porque son textiles mayas llegando muy lejos de Guatemala”.
Talento cobanero para el mundo
Originaria de Cobán, Alta Verapaz, Yucely recuerda que su curiosidad por la ciencia nació desde niña. “Mis papás son maestros y mi mamá siempre me inculcó estudiar un montón. Aprendí a leer muy temprano y mi primer poema lo dije a los tres años”, relata.
“Como mi mamá trabajaba en aldeas lejanas, me iba con ella. Hacía mis tareas sola y desde entonces empecé a ser responsable e independiente.”
Esa disciplina la llevó lejos. “Gané becas desde la escuela. A los 14 años me mudé a Escuintla con una beca del Ministerio de Educación, luego obtuve una de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez para estudiar Ingeniería Mecatrónica. Después vino una beca de la Unión Europea para la maestría y más tarde el doctorado en Francia”, cuenta.
Sus actuales investigaciones científicas
Su doctorado en Control y Automatización en la Universidad de Bourgogne Franche-Comté, en Bezanzón, Francia, se centró en microrobótica, nanorobótica y visión computarizada. Actualmente trabaja en una empresa francesa en un proyecto que combina inteligencia artificial y microscopía aplicada a la salud.
“Estamos desarrollando sistemas para la detección y prevención del cáncer. Usamos diferentes tipos de luz para obtener más información de las muestras de pacientes y entrenar inteligencias artificiales que puedan detectar con mayor precisión”, explica.
Su rutina diaria está llena de algoritmos, calibraciones y experimentos. “A veces paso el día programando o procesando miles de imágenes, teras y teras de datos. No hay dos días iguales. Cada jornada trae algo nuevo que aprender o resolver.”
Desafíos nunca faltan
Pero a pesar que todo se oye muy bien, como un camino de pétalos de rosa, la ruta no ha sido fácil. “Cuando me fui de casa a estudiar a los 14 años, al mes ya quería regresar. Siempre ha sido duro vivir la distancia, en cualquier país. Uno llora, uno patalea. No es fácil estar sola. Pero hay que salir adelante”, admite.
Y es lo que recalca a niños y jóvenes guatemaltecos: que se necesita de mucho esfuerzo para superar las barreras. “Sí se puede, pero hay que trabajar bastante y tener metas claras“, dice Yucely.
Yucely ha vivido en Guatemala, Egipto, España, Suiza y Francia. “He aprendido que hay que adaptarse: al clima, la comida, la cultura. Y hacer amigos en cada ciudad.”
Como mujer maya q’eqchi’, lleva consigo su identidad. “Acá la gente valora mucho que uno hable un idioma maya. Se interesan por cómo funciona, por nuestra cultura, nuestros trajes. Siento que en algunos aspectos se valora más acá que en nuestro propio país”, reflexiona.
Promueve la ciencia en la niñez y juventud
Sobre la brecha tecnológica en Guatemala, es tajante: “Es muy grande. En Guatemala trabajé en mantenimiento mecánico porque no había puestos para mecatrónica. No tenemos maestrías ni doctorados en esas áreas. Si no abrimos más puertas educativas, no va a llegar la industrialización”, opina. En otras palabras, la brecha no es excusa sino un motivo para esforzarse más y superar metas.
Yucely siempre mantiene la conexión con su tierra natal. En 2024 fue premiada por la agencia de seguros Universales, como guatemalteca destacadas. “Lo que más extraño es mi familia… y el kak’ik” bien caliente y recién hecho” dice sonriendo. }
Cuando se le pregunta por su sueño, responde sin dudar: “Trabajar en proyectos que dejen algo a la sociedad. No aplicar tecnología solo por aplicarla, sino para el bien común. Por eso la investigación actual me interesa mucho porque puede ayudar a detectar mejor y a tratar mejor a los pacientes de cáncer. Inspirar a la juventud para que siga el camino de la ciencia”
Una pasarela inesperada
Sobre la pasarela parisina, el 4 de octubre, comenta que fue algo más bien fortuito. Le pidieron si podía apoyar a la fábrica artesanal D’La Rossa, en su presentación en la Semana de la Moda en París. Y de pronto le propusieron si quería desfilar con uno de los elegantes trajes.
En realidad Yucely no solo modeló ropa: representó una historia de esfuerzo, ciencia e identidad. Se conectó con sus raíces y a la vez manifestó el orgullo de ser maya q’eqchi’ ante todo el mundo.
“Me sentí muy contenta de poder ayudarles -a D’La Rossa-, porque el ser guatemaltecos significa apoyarnos entre nosotros, no importa dónde estemos.” Si deseas ver el momento en que Yucely luce los diseños de Herencia Ancestral, puedes dar clic en la siguiente imagen.
Guatemaltecas de excelencia sin fronteras













