El punto clave es el llamado Mirador de Don Guillermo, también conocido como El Picacho, en el volcán Santa María. Allí fue cuestión de acampar y esperar. Y de pronto, el momento esperado: Santiaguito los despertó.
Marcos Zárate es un destacado fotógrafo momosteco que capta escenas populares, paisajes, momentos de la vida de su pueblo. Ha captado erupciones del volcán de Fuego, pero nunca una del otro volcán activo de Guatemala: el Santiaguito, en Quetzaltenango, Guatemala, que surgió a partir de un cono secundario del volcán Santa María.
Así que con unos amigos con quienes salen a aventurar en exploración de lugares emblemáticos de Guatemala, emprendieron el viaje, el jueves 18 de diciembre. Instalaron sus tiendas en el Mirador de Don Guillermo también conocido como El Picacho, desde donde admiraron al Santiaguito de día. Lanzaba fumarolas y explosiones.
Acampando y esperando
“Esperábamos tener un cielo despejado, pero a veces se nubla. De hecho, durante la escalada al Picacho, del Santa María, nos llovió. Nos pusimos a pensar si se iba a poder acampar y si iba a haber visibilidad”, cuenta Marcos Zárate. Siguieron adelante.
Una vez en el mirador, se fue calmando la llovizna. Instalaron sus tiendas y disfrutaron el paisaje. Llevaban excelente café de Momostipán para llevar bien el frío.
“A las 10.30 de la noche hubo una primera erupción, muy corta”. Después se quedó siempre en actividad pero sin lanzar nada. “Fue impresionante ver aquellos instantes. Nos acostamos a dormir y prácticamente podíamos escuchar el rugir de la tierra. Es algo impactante que nos demuestra el poder de la Naturaleza. El Santiaguito es uno de los volcanes de Guatemala con más actividad, junto con el de Fuego”, agrega Marcos Zárate.
El momento de furia deslumbrante
“Pasadas las 4 de la mañana comenzó la segunda erupción del Santiaguito de aquella noche. Tuvimos suerte porque a veces no se activa de noche. Fue más fuerte que la primera. El sonido de las explosiones y la vibración de la tierra nos despertaron. Salimos de las tiendas. Ya tenía el equipo listo para captar aquellos instantes. Por momentos tomaba fotos y luego también lo veía con mis propios ojos, para nunca olvidarlo”, relata con emoción.
“Se puede ver las piedras candentes caer en el cono del Santiaguito. Por eso está prohibido acercarse mucho, debido a que puede ser muy peligroso. Y el volcán no avisa”, agrega el fotógrafo, quien espera poder volver antes que termine el año.
Después se quedaron a ver el amanecer, con el registro de un Santiaguito que se despertaba y también despertó a sus visitantes.
Sobre el Santiaguito
El volcán Santiaguito comenzó a formarse en 1902, como un cono secundario del volcán Santa María. Ha estado en actividad intermitente con algunos períodos de mayor fuerza. Su cono alcanza actualmente 2,552 metros sobre el nivel del mar.
Debido a sus erupciones y al lanzamiento de material magmático está prohibido acercarse el cono principal y a los domos circundantes. Por ello uno de los mejores puntos para observarlo es desde el Picacho.
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