El artista maya tzutujil Benvenuto Chavajay efectuó una acción artística, con el apoyo del Instituto de Arte de la Universidad de Houston y la galería Blaffer, en representación de las almas de migrantes guatemaltecos que han muerto lejos de su tierra natal
Cuerpo pintado como un lenguaje
No es la primera vez que Benvenuto Chavajay se pinta el cuerpo para ser él mismo parte de la propuesta artística. En una ocasión se untó masa de maíz para ser en efecto un Hombre de Maíz. Visitó así la tumba de Miguel Angel Asturias, Premio Nobel de Literatura, creador de la novela del mismo nombre. No obstante, Chavajay lo hizo a manera de crítica, debido a la controversia por la tesis de Asturias cuando se graduó de abogado, llamada El problema social del indio en Guatemala.
Como indígena maya tzutujil, Chavajay fue al cementerio Pere Lachaise, de París, para caminar frente a la tumba del escritor como un Hombre de Maiz vivo. No lo dejaron entrar así que solo caminó por el exterior del cementerio.
En la Universidad de Houston y en colaboración con la galería de arte Blatter, Benvenuto presentó una de sus obras, un hombre verde, cubierto con hojas molidas, para representar el ideal de integración con la naturaleza y también la conexión del ser humano con el entorno.
Pero la galería le pidió si podía efectuar un performance allí en Houston. Entonces decidió presentar Petro Oleo, el hombre cubierto de negro.
Las almas de los migrantes
Según la tradición maya q’anjob’al, el vuelo de los azacuanes -aves migratorias, representa almas que pasan una vez al año. Su color característico es el negro y por eso Chavajay las eligió como símbolo. «Desde hace unos 15 años quería hacer una obra con ese símbolo, pero no había encontrado el momento. Hasta este 2 de noviembre, día de Difuntos. Pensé en las almas de tantos migrantes guatemaltecos que mueren aquí en Estados Unidos o en el camino de la migración. Por eso me pinté de negro y conseguí flores de muerto. Aquí la galería y la universidad me ayudaron a conseguirlas.
El alma y las flores se encuentran como un homenaje, como un retorno simbólico a la tierra natal de donde alguna vez salieron. Hacía frío, por eso tuvimos que hacerlo rápido. Pero estar desudo en ese frío fue parte también del performance. Cuando ya no resistía, me cubrieron con uno de esos plásticos plateados térmicos: esos mismos que le dan a los migrantes en los albergues cuando los capturan.