"El mejor fiambre no solo se come: se siente en el alma, porque su sabor sale del corazón, de la memoria y de la alegría de compartir en familia", dice Martha Francisca Coc, quien prepara y vende fiambre en New Jersey cada noviembre.
En el comedor de su casa, en New Jersey, entre aromas de remolacha, vinagre y embutidos, Martha Francisca Coc revive cada año una tradición que aprendió en su infancia en Guatemala: preparar fiambre guatemalteco, con atención al detalle pero sobre todo con una vivencia de amor.
Para esta migrante originaria de San Martín Jilotepeque, Chimaltenango, el fiambre guatemalteco es todo un ritual tradicional guatemalteco del 1 y 2 de noviembre. “No hay fiambre en todo el año, solo en esos días y por eso debe ser especial, porque trae a la mente memorias de otros tiempos”, expresa.
“Llevo nueve años preparándolo aquí en Estados Unidos”, cuenta Martha con orgullo, aunque lleva más tiempo en este país. “Al principio pensé que se me iba a complicar, por los ingredientes, pero poco a poco fui obteniendo unos y adaptando otros.”.

Aprendió desde los siete años
Su historia con el fiambre guatemalteco comenzó a los siete años, en la zona 11 de ciudad de Guatemala, donde su madre, Francisca Curruchich, era trabajadora de hogar en la casa de doña Conchita Cruz, una mujer que preparaba el fiambre con mucho cuidado y amor. Cuando su mamá llegó a trabajar allí, Martha solo tenía 40 días de nacida.
“Mi mamá venía escapando de la violencia que había en nuestro natal San Martín Jilotepeque, Chimaltenango. Había guerra, había muerte y ella me quiso alejar de todo eso”, relata la guatemalteca, cuya historia puedes conocer aquí.
Ya de siete años, Martha empezó a ayudar a su mamá y a doña Conchita a picar las zanahorias, los ejotes, las remolachas y todas las verduras que lleva el fiambre guatemalteco. “De ella aprendí todo. No solo cómo cortar el ejote o cocinar la remolacha, sino a ponerle atención a cada detalle, a saber como armarlo y también a saber compartirlo”, recuerda Martha Francisca.

El recuerdo de un sabor viajó con Martha
Cuando migró a Estados Unidos, cada 1 de Noviembre, día de Todos los Santos y 2 de noviembre Día de Difuntos, le traía una tremenda nostalgia a Martha Francisca. Y el anhelo de un fiambre. Un día, una amiga le habló de un restaurante que anunciaba el famoso platillo guatemalteco.
“Fui con mucha ilusión, pero cuando lo probé, sentí un nudo en la garganta. No era el de doña Conchita. No tenía sabor. La verdura estaba demasiado entera. Entonces me propuse: el próximo año lo haré yo, como me enseñaron”.
Desde los primeros días de octubre Martha Francisca lo anuncia en sus redes sociales. En estos días ya está en plenos preparativos para tener a punto las remolachas, zanahorias, ejotes, pacayas, coliflores, arvejas, pollo, lengua de res, embutidos y más. “Todo se mezcla en un curtido que fermenta por días, hasta lograr ese sabor único que” -lo dice con convicción- “te toca el alma”.

Un sabor de identidad guatemalteca sin fronteras
“Cuando lo pruebo, me vienen los recuerdos. Doña Conchita nos enseñó que el fiambre no se hace todo el año, solo una vez, y con amor. Si no lo sientes al prepararlo no sabrá igual”, dice Martha, mientras sonríe al recordar las largas jornadas en la cocina junto a su mamá Francisca y su maestra, adornando los platos con esmero.
Es así como el fiambre guatemalteco no tiene fronteras de tiempo ni geográficas: en casa de Francisca habrá fiambre guatemalteco, el cual sugiere acompañar con agua de jamaica o de tamarindo, aunque a veces hay quienes eligen un fino vino blanco. “Y para complementar, también preparo enchiladas guatemaltecas, porque “así lo hacía doña Conchita, como parte de la fiesta”.
Para Martha, el fiambre no solo es comida, sino un acto de identidad. Es su manera de agradecer lo que aprendió de su mamá -que vive en Maryland- y de doña Conchita Cruz, a quien agradece el regalo de sabiduría gastronómica de una de las más clásicas recetas guatemaltecas.
“El mejor fiambre no solo se come —dice—, se siente. Tiene que salir del corazón para que llegue al alma”, finaliza.
Sabores muy guatemaltecos para preparar

















