Elmer Fernando Morán dirige, junto con su hermana Dinora, la tienda La Guatemalteca en la ciudad de Aurora, Colorado donde vende productos guatemaltecos de la nostalgia, incluyendo tamales chapines. Esta es su historia.
Elmer Fernando Morán es un migrante guatemalteco cuya historia refleja la lucha, el sacrificio y la resiliencia de muchos que buscan un mejor futuro lejos de su tierra natal. Es originario de Suchitepéquez, quien llegó a los Estados Unidos a los 10 años y a pesar de haber vivido muchas dificultades, se ha encargado de poner el nombre de Guatemala. Su tienda La Guatemalteca es ya todo un referente en la ciudad de Aurora, Colorado, donde distribuye productos chapines de la nostalgia y en temporadas como Navidad, también tamales.
Sin embargo, detrás del éxito hay una historia de grandes dificultades, que él ha sabido convertir en fortalezas. Es así como se mantiene orgulloso de sus raíces y de apoyar a su comunidad. “Cumplir mis sueños no ha sido fácil, pero he luchado para demostrar que siempre es posible lograrlos”, expresa.
Un inicio marcado por la separación
La historia de Fernando comenzó en Guatemala, donde creció junto a su hermana Dinora Morales. Sus padres emigraron a Estados Unidos cuando él era pequeño, con la esperanza de ofrecerles una mejor calidad de vida. A los 10 años, Fernando y Dinora finalmente se reunieron con su mamá en Colorado, Estados Unidos.
“La transición no fue fácil. Aprender un nuevo idioma, adaptarse a tradiciones desconocidas y aceptar la distancia de Guatemala, de nuestros amigos y familiares fueron algunos de los retos más grandes”, cuenta.
Una dolorosa pérdida
Apenas un año después de su llegada, Fernando sufrió una de las pérdidas más devastadoras de su vida: su mamá falleció a causa de un derrame cerebral. Con solo 11 años, el tiempo compartido con ella había sido breve. Este evento marcó profundamente a Fernando y a su hermana, quienes tuvieron que encontrar fuerzas para seguir adelante en un país que aún les resultaba extraño.
Poco después, la vida les dio otro golpe. Su padre fue deportado a Suchitepéquez, Guatemala, dejando a Fernando y Dinora solos en Colorado. “Pese a las adversidades, los hermanos nos apoyamos mutuamente, porque estábamos decididos a salir adelante”, relata.
El sueño de La Guatemalteca
Con el paso de los años, Dinora comenzó a trabajar en la tienda La Guatemalteca, un pequeño negocio que ofrecía abarrotes chapines y que se convirtió en un espacio de conexión para los migrantes guatemaltecos en Colorado. Sin embargo, Dinora dejó el trabajo para enfocarse en su hija. Poco tiempo después, los hermanos se enteraron de que la tienda había cerrado.
Fernando y Dinora decidieron recuperar ese espacio que tanto significaba para ellos y para la comunidad. Con esfuerzo, lograron comprar el negocio y comenzaron a transformarlo, ampliarlo, darle nuevos horizontes.
Un espacio de identidad y comunidad
Hoy, La Guatemalteca es más que una tienda. Se ha convertido en un lugar donde los guatemaltecos pueden encontrar no solo productos de su país, sino también un pedacito de hogar. La tienda incluye una panadería, un restaurante y un espacio para la venta de artículos típicos de Guatemala.
Fernando, con el apoyo de su hermana, ha convertido este negocio en un símbolo de perseverancia y orgullo. Su historia es un recordatorio de que, a pesar de los desafíos, los sueños pueden cumplirse con determinación y trabajo duro.
“La Guatemalteca no es solo un negocio; es un homenaje a mis raíces, a mi madre, y a todos los migrantes que, como nosotros han tenido que construir una nueva vida en un lugar desconocido sin olvidar de dónde vienen”, expresa.
La Guatemalteca ahora tiene 17 empleados que se esfuerzan a diario por brindar una atención de calidad y de ofrecer los productos con sabor guatemalteco. Pero el sueño de Fernando va más allá, pues se ha esforzado por salir adelante, actualmente es Licenciado en Administración de Empresas y espera que su situación migratoria pronto mejore.
Un paso más cerca de Guatemala
En septiembre de 2023 logro visitar Guatemala por un permiso que le fue otorgado, durante el día que llego su tierra natal estaba lloviendo, Fernando recuerda que eso fue lo que despertó en él, el deseo de regresar, porque pensaba en esas veces que tomaba café y comía pan con su familia, esto lo incentivo a querer volver, ahora está próximo a que se resuelva su situación.