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Uno de los mayores orgullos de los guatemaltecos en el extranjero es su capacidad para preservar y transmitir su cultura.

Para muchos guatemaltecos que residen en Estados Unidos, la experiencia de migrar no solo está marcada por los desafíos de adaptación y trabajo, sino también por un profundo sentido de orgullo que llevan consigo. Lejos de casa, estos migrantes encuentran en sus raíces una fuente de fortaleza y orgullo que se refleja en diversas áreas de sus vidas cotidianas.

1. Persistencia de la cultura y tradiciones

En medio de la diversidad cultural de Estados Unidos, las celebraciones de festividades como el Día de la Independencia de Guatemala o la Semana Santa se vuelven momentos esenciales para reunir a la comunidad. Las marimbas, los trajes típicos y la gastronomía, como los tamales o el fiambre, representan mucho más que simples tradiciones: son símbolos de identidad y resistencia cultural.

En ciudades con grandes comunidades de migrantes guatemaltecos, como Los Ángeles o Nueva York, se organizan ferias y desfiles que celebran la riqueza de la herencia guatemalteca. Estos eventos no solo son un recordatorio de sus raíces, sino que también son una manera de mantener viva la cultura para las nuevas generaciones nacidas en Estados Unidos.

“Yo nunca voy a dejar de querer a mi tierra, me siento triste por no estar, pero le pude construir una casita a mis padres que se esforzaron por mí”, comentó Donaldo Puaj, un migrante guatemalteco que tiene 20 años de vivir en Los Ángeles.

2. Contribución al crecimiento económico

Los migrantes guatemaltecos también sienten un gran orgullo por el papel que desempeñan en la economía tanto de Estados Unidos como de Guatemala. Muchos trabajan arduamente en sectores como la construcción, la agricultura y los servicios, aportando al desarrollo de la nación que los acogió. Al mismo tiempo, las remesas que envían a sus familias en Guatemala representan un soporte vital para sus seres queridos y una contribución significativa a la economía nacional.

Este esfuerzo por sacar adelante a sus familias, muchas veces trabajando largas jornadas en empleos que implican un gran sacrificio, es una fuente de orgullo personal. Los migrantes saben que, a pesar de las dificultades, su trabajo diario tiene un impacto directo en el bienestar de sus familias y en la prosperidad de sus comunidades en Guatemala.

Además, con sus impuestos en EE.UU también contribuyen con la nación que se ha convertido en su nuevo entorno de oportunidades.

El orgullo de ser guatemalteco: La voz de los migrantes – SoyMigrante.com REVISTA – SoyMigrante.com REVISTA

3. Unidad y solidaridad comunitaria

La comunidad guatemalteca en Estados Unidos se caracteriza por su unidad y solidaridad. A través de asociaciones comunitarias y organizaciones sin fines de lucro, los migrantes guatemaltecos se apoyan mutuamente en la búsqueda de mejores oportunidades. Desde el acompañamiento legal hasta la asistencia para encontrar empleo o vivienda, estas redes de apoyo refuerzan el sentido de pertenencia y hermandad.

Para muchos, el orgullo también se refleja en la manera en que ayudan a otros, brindando una mano a los recién llegados que necesitan orientación o promoviendo la educación de las nuevas generaciones. El sentimiento de que, a pesar de estar lejos de casa, siempre hay alguien dispuesto a apoyar, es una fuente de fortaleza y orgullo.

“Estar aquí solo y sin familia es difícil, pero me encontré con unos paisanos que también estaban solos y ahora parecemos hermanos todos, porque todos éramos de San Marcos, de distinta aldea, pero al final somos parecidos”, mencionó Andrés Mario, un migrante guatemalteco que vive en Los Ángeles.

4. El legado que dejan a las nuevas generaciones

Los migrantes guatemaltecos en Estados Unidos también se sienten orgullosos de su capacidad para dejar un legado positivo a las nuevas generaciones. A pesar de los retos, muchos padres guatemaltecos se esfuerzan por brindar a sus hijos las oportunidades que ellos no tuvieron, ya sea en términos de educación o en el acceso a mejores condiciones de vida.

Los jóvenes guatemaltecos que crecen en Estados Unidos, aunque muchas veces enfrentan el desafío de navegar entre dos culturas, se convierten en un motivo de orgullo para sus familias. Cada logro, ya sea en la educación, el deporte o en sus carreras profesionales, es visto como un triunfo no solo individual, sino también colectivo, pues representa el esfuerzo de sus padres y abuelos por forjar un futuro mejor.

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5. La fe y la espiritualidad

Finalmente, para muchos guatemaltecos, la fe sigue siendo una fuente de orgullo y fortaleza. Las comunidades religiosas, tanto católicas como evangélicas, juegan un rol central en la vida de los migrantes, ofreciendo consuelo y un sentido de comunidad. La devoción a figuras religiosas como la Virgen del Rosario o el Cristo Negro de Esquipulas es llevada consigo y se convierte en un pilar emocional y espiritual.

En resumen, el orgullo que los migrantes guatemaltecos sienten en Estados Unidos proviene de su capacidad para mantener vivas sus tradiciones, contribuir al bienestar de dos países, apoyar a sus comunidades y dejar un legado de perseverancia y fe. En cada paso que dan, reafirman su identidad como guatemaltecos y como agentes de cambio en una tierra lejana.

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Marysabel Aldana Periodista, SoyMigrante.com REVISTA
Periodista guatemalteca con experiencia en periodismo escrito, digital y televisivo. Ha cubierto temas de política, actualidad nacional e internacional, artes, cultura y salud.
Periodista guatemalteca con experiencia en periodismo escrito, digital y televisivo. Ha cubierto temas de política, actualidad nacional e internacional, artes, cultura y salud.