Congreso de Estados Unidos aprobó un impuesto de 3.5% a remesas migrantes: sobre los efectos de esta medida se conversó apenas un día antes, en un foro de Centroamérica Cuenta en ciudad de Guatemala.
Es un hecho que la Cámara de Representantes del Congreso de EE. UU. aprobó la madrugada del jueves 22 de mayo, con 215 votos a favor y 214 en contra, el paquete de recortes fiscales y gastos impulsados por la Casa Blanca, el cual incluye un impuesto de 3.5% a las remesas enviadas por migrantes desde Estados Unidos.
Pero para que se convierta en ley aún debe pasar por la discusión en el Senado. La propuesta original del gobierno de Donald Trump planteaba un 5%, pero se le redujo 1.5%.
Durante un conversatorio sobre remesas efectuado en Guatemala el miércoles 21 de mayo, en el Palacio Nacional de la Cultura, el economista Lizardo Sosa hipotetizó que al final podrían dejarlo en un 3%.
Dicho panel se efectuó dentro de las actividades del festival Centroamérica Cuenta. Y esta es la síntesis de lo dicho acerca del impuesto a las remesas, horas antes de que fuese aprobado en el Capitolio.
Lizardo Sosa, economista: “Las remesas seguirán llegando, incluso con esa reducción. Y lo vimos en la pandemia. Yo creo que la pandemia es un momento reciente en donde pudimos ver cómo en esos momentos difíciles el migrante no abandonó a su familia, ¿verdad? Y siguió enviando esa remesa que sostuvo y mantuvo a los hogares en una época tan difícil”.
“Hemos visto este año un aumento en la remesa y cada mes ha sido mayor, enero, febrero, marzo, abril. Y antes de que esto llegue a aprobarse, antes de que yo pueda ser deportado, estoy enviando mis ahorros o un poco más de lo que tengo para que sea cuidado o usado en los hogares”.
Preocupación debe centrarse no en dependencia de remesas sino en impulsar desarrollo
Lizbet Gramajo, investigadora experta en el área migratoria de la Universidad Rafael Landívar: “En este contexto de políticas anti-migración, lo que deberíamos de estar haciendo en estos Estados de la región, como Guatemala es ir pensando como ampliamos la base productiva en estos países de origen de migrantes”.
“Porque digamos ante un eventual cambio -como este impuesto a las remesas- o políticas todavía más duras de las que estamos viendo ¿qué van a hacer en esta área rural como nos decía Lizardo, verdad, donde hay una dependencia de esa remesa y digamos no se ha diversificado ni transformado la base productiva?”
“Entonces, yo diría que sí está bien preocuparnos -por el impuesto a la remesa- pero también ponernos en esa acción y que tiene que ser interinstitucional: El Estado, la empresa privada, la academia, sociedad civil, un poco todos pensando en cómo invertimos en esos territorios, cómo diversificamos esa base productiva, cómo estamos generando alternativas ante eventuales crisis mayores en el contexto estadounidense”.
"Los migrantes no olvidan a sus familias"
Lizardo Sosa: “Francamente, no veo que sea sumamente crítico (el impuesto a las remesas), pues nuestros migrantes, por ventura de Dios y por cultura, no olvidan a sus familias y continúan enviando el dinero para ellas en una muestra de solidaridad y amor que es admirable”.
“Si yo tengo un ingreso de 100 y voy a pagar 5% por lo que remita a mi familia en el exterior. Vamos a suponer que voy a mandar 10, y me van a quitar 50 centavos. Ya no mando 10, mando 9, porque dejo mi consumo local en Estados Unidos al mismo nivel. Entonces en lugar de US$23 mil millones -proyectados para 2025- van a venir US$21,500 millones de remesas.”.
“El guatemalteco sigue queriendo esta su tierra y lo sigue teniendo en el corazón y no se olvida. De manera que, esas razones, yo creo que el impacto de dicho impuesto podría ser moderado. Por otro lado, asumo que nuestros connacionales en Estados Unidos trabajan en empresas que necesitan de su trabajo y habrá empresarios que van a tener que aumentar, tal vez un 1% o 2%, según la necesidad, de manera que el costo del impuesto al final pudiera ser compartido entre el trabajador migrante y la empresa que obtiene sus servicios. Eso minimizaría el efecto de un eventual 5%”, finalizó el economista.
Al final también se habló de que aún no se sabe cómo actuarán las empresas remesadoras, so en un afán de competencia, absorben parte del costo del nuevo impuesto.
Migrantes guatemaltecos siguen adelante
