Guate Nuestra

Así se vivía el Día de Los Santos y de Difuntos en Guatemala hace más de 150 años

Crónica de un testigo presencial, el gran escritor chapín José Milla (1822-1882), sobre la conmemoración del Día de Difuntos en Guatemala, con todo y fiambre. ¿Qué sigue existiendo de esto?

El 3 de noviembre de 1854 publiqué en un periódico de Guatemala el artículo de Crónica local que hoy reproduzco a continuación:

Antes de ayer por la tarde un numeroso concurso de todas las clases de la población, acudía, como de costumbre, a visitar el cementerio general. Los sepulcros habían sido reparados, blanqueados o pintados de nuevo; reproducidas las inscripciones que ha borrado el tiempo y colocadas por todas partes guirnaldas de flores naturales. 

Después de las fiestas de los vivos, que se han multiplicado en los últimos días, debía venir también la fiesta de los muertos. La palabra está escrita, y no la borraremos, ciertamente. 

Porque, ¿qué otra cosa es sino “una fiesta” esa bulliciosa peregrinación que hacemos anualmente al lugar donde reposan las cenizas de nuestros padres, no para nutrir el ánimo con inspiraciones cristianas y filosóficas, sino para buscar una distracción, para procurarnos algunas emociones en el comercio con los vivos, que invaden en tropel el pacífico dominio de los muertos?

"Un día nuestro nombre estará allí"

Recorremos indiferentemente los nombres de los que duermen allí el último sueño, como si nunca debiésemos acompañarlos, y nos entretenemos en leer los epitafios, como quien ve los títulos de las obras en una biblioteca. 

Parece que nos olvidamos de que todos los hombres somos, según la feliz expresión de un escritor, “condenados a muerte con diversos plazos”, y sin pensar en que dentro de breve acaso nuestro propio nombre estará inscrito en ese catálogo de los que fueron.

Milla escribe sobre el Día de Difuntos 11 años después....

 De 1854 a 1865 han transcurrido once años y en ese período de tiempo se han hecho diez visitas más al cementerio, en la tarde del 1  de noviembre de cada año, en la misma forma y con el mismo espíritu.

En los ocho días últimos del mes de octubre, el cementerio se ve invadido por una bulliciosa turba de albañiles, encaladores y pintores, que van, por cuánto vos, a reparar los mausoleos, a reproducir las inscripciones, a asearlo y adornarlo todo, porque así lo quiere no sé si el amor propio y vanidad de los vivos.

A medida que se acerca el 1 de noviembre aumenta el empeño por acicalar el panteón, como se apresuran los trabajos para concluir el adorno del local destinado a un baile, o a un banquete, cuando está encima el día de la fiesta.

"...Gentío que entra y sale"

Por fin llega la tarde en que la Iglesia reza la vigilia de la conmemoración de los fieles difuntos. Las campanas de los veinticinco o treinta templos de la capital hacen resonar sus solemnes y lúgubres clamores, capaces de contristar y compungir el ánimo más ligero y distraído. 

La multitud empieza a dirigirse al cementerio desde muy temprano, tan contenta casi, como cuando acude a la plaza de toros en la tarde del martes de carnaval. Hacia las cinco, se hace difícil penetrar en el edificio, cuyas puertas están obstruidas por el gentío que entra y sale. Soldados y agentes de policía están distribuidos por todas partes para conservar el orden. 

Hay algunos epitafios y nombres a medio pintar, porque no alcanzó el tiempo a los artistas; pero esos forman la excepción de la regla general… Estaba el cementerio casi tan concurrido como de costumbre. 

Yo recorrí el cementerio, leyendo los epitafios, algunos de los cuales están escritos en un idioma que no conozco, aunque algo algo se parece al castellano. Acaso sea portugués. Vayan algunas muestras: (el escritor las transcribe tal cual las encontró).

“Aquí ya hace Guan Gus Man que murió de muerte repentina y ora esta josando de la glorya como los angueles”.

“Apenas un breve guto
En heste Mundo ce albiete
Quando nos guita la Bida
La guadaña de la Muete”.

“Aquí rreposa el calaver del difunto niño Juan Abilés, que murió cuando la guerra de 1000, 800, 60 y 3”.

José Milla y Vidaurre, nació en 1822 y murió en 1882. En sus crónicas describió la personalidad del guatemalteco, las costumbres y tradiciones, así como leyendas. – SoyMigrante.com REVISTA
José Milla y Vidaurre, nació en 1822 y murió en 1882. En sus crónicas describió la personalidad del guatemalteco, las costumbres y tradiciones, así como leyendas. Es célebre por haber hecho la primera descripción de El Chapín. Para verla, puedes dar clic en la imagen.

"El fiambre se come frío"

Cuando la multitud se hubo cansado de recorrer el panteón en todas direcciones y la luna comenzaba a derramar su pálida luz sobre los mármoles de los sepulcros, fue alejándose poco a poco en busca del fiambre y de los otros platos que la costumbre quiere engullan los vivos al regresar de la visita a los restos inanimados de los muertos. 

Fiambre, en buen castellano, es un adjetivo que significa el asado o cocido que se ha dejado enfriar para comerlo así. Entre nosotros es un sustantivo que designa un plato eminentemente nacional, compuesto de muchas yerbas y de muchas carnes, que se come frío también, de donde probablemente le viene el nombre. 

Creo que habrá muchos guatemaltecos que no hagan la visita al cementerio; pero dudo que haya uno solo, sea de la clase que fuere, que deje de comer el fiambre que se hace únicamente en ese día, aun cuando no habría inconveniente en fabricarlo en cualquier otro de los del año. 

Se hace así, porque así se ha hecho siempre, y se seguirá haciendo hasta la consumación de los siglos, mientras haya en esta tierra costumbrera con qué condimentar un fiambre y quién se lo coma el Día de los Santos.

Relato originalmente publicado en el libro Cuadros de Costumbres Guatemaltecas, de José Milla y Vidaurre en 1868.

La crónica del día de Difuntos en Guatemala en el siglo 19, de José Milla, confirma ya la existencia de la tradición arraigada de comer fiambre guatemalteco. – SoyMigrante.com REVISTA
La crónica del día de Difuntos en Guatemala en el siglo 19, de José Milla, confirma ya la existencia de la tradición arraigada de comer fiambre guatemalteco.

Más sobre el sabor de Guatemala

avatar de autor
SoyMigrante.com REVISTA Editorial
Somos una plataforma que busca reconocer y dignificar a los migrantes guatemaltecos en los Estados Unidos. Producimos contenidos con el fin de contribuir a su desarrollo personal, familiar y comunitario.
Somos una plataforma que busca reconocer y dignificar a los migrantes guatemaltecos en los Estados Unidos. Producimos contenidos con el fin de contribuir a su desarrollo personal, familiar y comunitario.

Artículos relacionados

Load More Posts Loading...No more posts.