Esteban Chicol emprendió un negocio de jugos naturales en Antigua Guatemala en 2016; en 2020 migró a Alemania y llegó la pandemia, pero mantuvo con vida Amanecer Juice Bar, para seguir generando oportunidades de empleo y negocios. Esta es la historia.
El año de la pandemia y los dos siguientes fueron duros para Amanecer Juice Bar, el emprendimiento de Esteban Chicol, guatemalteco que lo fundó en Antigua Guatemala en 2016. Lo más fácil habría sido cerrarlo, pero Esteban pensó en sus trabajadores y sus familias.
En 2020, Esteban recién se había instalado a vivir en Alemania, tras haberse casado con su esposa, originaria de aquel país. Administraba y llevaba cuentas a distancia, pero con la suspensión sanitaria se cortó el turismo, se cerraron los negocios…
Esta es la historia de la apuesta reiterada de un migrante por el sabor natural, nutritivo y único de Guatemala.
Guatemala es la pura fruta
«Este es un bar de jugos naturales, Amanecer Juice Bar. Creamos bebidas saludables de frutas, en extractor o cold press, también smoothies y licuados; luego ampliamos a área de café y comida. Al volver a Guatemala ví que aquí hay de todo tipo de frutas, todo el año. En cada temporada siempre hay algo delicioso: mangos, piñas, manzanas y también vegetales. Es una bendición que pude ver con claridad».
«A mí me encantan los jugos naturales y teniendo materia prima, de productores locales, creamos rutas de proveedores, incluyendo los pueblos alrededor de Antigua Guatemala. Nos ayudan y les ayudamos. Y además vivía en la mejor ciudad del mundo: la Antigua», cuenta Esteban Chicol, durante una de sus visitas a Antigua Guatemala, esta vez para celebrar los 8 años de Amanecer Juice Bar.
Cambio de vida y un desafío inesperado
Viviendo en Antigua Guatemala, Esteban conoció a su esposa. Ella es maestra y se encontraron cuando le quedaban tres meses de contrato en el colegio Alemán. «Estuvimos un año a distancia en el cual nos visitamos. Fui un par de veces allá a Frankfurt y ella también estuvo viniendo a Guatemala. Pero hubo que dar un paso, así que nos casamos y me mudé a Alemania en los primeros días de 2020».
En marzo de 2020 vino el cierre por el covid-19.
«La pandemia fue un tiempo bien duro para el negocio y para mí. Apenas estaba adaptándome a una vida nueva allá bajo condiciones distintas, otro idioma y al mismo tiempo tenía que manejar a distancia el negocio, tuvimos que cerrar. No había visitantes o sea no había clientes. Todo fue un ajuste, con el personal y con proveedores. Tratamos de acomodar los gstos fijos para seguir a flote»
Esteban pensó si no era momento de cerrar, pero valora mucho a su personal. «Quería seguir manteniendo y generando oportunidades. Además ellos habían empezado a manejar buena parte de la operación», relata.
«La razón más fuerte por la que ya continué con el negocio en la pandemia, cuando los números no eran positivos, o incluso nigativos, fue mi conexión con Guatemala. Económicamente no había una razón para continuar, pero al pensar que era mi apoyo a las personas que aquí laboran y que yo había creado aquel proyecto, me ponía metas, plazos para ir recuperándonos. Sé que perder un empleo puede ser complicado, así que quería aportar al país conservándolos».
Perseverancia, innovación y originalidad
El proceso de recuperación no fue corto, ni fácil. Se extendió por casi tres años. En ese tiempo Esteban se ha coordinado para trabajar entre 10 y 12 de la noche para coincidir con el día en Guatemala. Es así como sigue en comunicación con productores de frutas y verduras, así como con su personal.
En Frankfurt, Alemania, donde reside a Esteban le ha tocado explicar muchas veces dónde está Guatemala y las maravillas que existen aquí.
«Nos miran físicamente muy pequeños, piensan que estamos en Sudamérica o que somos parte de México. Se sorprenden cuando les explico de nuestras culturas, tesoros riquezas. Y me siento muy orgulloso de hablar de Guatemala: de la geografía, los idiomas, la gente, la comida…»
Por eso mismo Esteban regresa dos o tres veces al año, a visitar a su familia y por supuesto a caminar en Antigua. Esta entrevista se hizo en una de esas estadías, en Juice Bar, un proyecto que no solo piensa conservar sin también expandir, pues esa visión de crecimiento se ha alimentado con los aprendizajes de una cultura nueva como migrante.