Sonrisas, alegría, ilusión y una vivencia de solidaridad sin fronteras vivieron niños de escuelas de La Gomera, Escuintla y de la zona 8 capitalina, gracias a la generosidad de migrantes guatemaltecos. Estas son las historias.
Los números hablan de un gran esfuerzo. «Yo no realicé esto: amigos migrantes guatemaltecos que creen y confían en nuestro amor a nuestro pueblo dieron los donativos para poder festejar el Día del Niño en escuelas de La Gomera, incluyendo el parcelamiento Nuevo Mundo, donde nací», expresa el migrante guatemalteco Leonel Arenas, radicado en Connecticut.
4 mil 130 niños degustaron 59 pasteles de 70 porciones; otros 2,370 saborearon 79 pasteles de 30 porciones: en total, 6500 porciones servidas en el Día del Niño en diversas escuelas del área urbana y rural de La Gomera, Escuintla. «Fueron 90 migrantes guatemaltecos quienes donaron recursos para hacer posible esta magia que da ilusión a las vidas de estos niños, agrega Arenas, quien comenzó esta actividad hace cinco años, justo en tiempos de pandemia, con a idea de dar esperanza.
Colaboraciones y esfuerzos aportados
«Mi hijo Mibsar Obed Arenas, en La Gomera, Escuintla, es quien coordina la compra de pasteles y pelotas, junto con maestros de escuelas beneficarias. Diez voluntarios ayudan en la repartición. Daniela Herrera se encarga de la decoración para crear un ambiente de alegría para los infantes en sus escuelas», relata Arenas, quie comenzó la recaudación de donativos para los pasteles desde el 10 de septiembre.
«Después de 2 semanas de trabajo y prisas, }ahora me siento satisfecho de decir Misión Cumplida por 5to año. Mi recompensa ver tantas caritas felices, ver en videos la algarabía y las emociones, y también saber que compatriotas aportan con tanto cariño a la niñez», agrega Arenas.
Una primera vez que esperan sea tradición
Así también la escuela Santos Toruño fue el lugar elegido por la organización Damas Guatemaltecas Unidas de Texas, para efectuar un festejo a los niños de primaria.
«Es la primera vez que se realiza, nuestra intención fue de poner una sonrisa en las caritas de los niños en este tiempo tan difícil que estamos pasando, es una escuelita de bajos recursos y tenían muchos años de no celebrarle el día del niño a los alumnos», relata Kiara Vera, benefactora de la actividad, quien contó con el apoyo de su hermana Cindirella en Guatemala.
Los niños tuvieron una pequeña refacción, la presentación de un divertido payaso, juegos y actividades para dar ilusión en su día.