Poco a poco se han relajado ciertas restricciones: la clave está en poder acreditar la identidad, el lugar de residencia y también el origen del dinero que se recibirá. Cada banco tiene sus requerimientos.
El ahorro es tanto un hábito como una necesidad: las transacciones digitales se facilitaron en pandemia y también el acceso a cuentas monetarias o de ahorros para personas sin una residencia legal en EStados Unidos.
Varios bancos de Estados Unidos ya ofrecen la posibilidad de abrir una cuenta de banco a migrantes que no posean un estatus de residencia legal o “green card”. Esto puede variar según el Estado, al igual que los requisitos, Sin embargo, en los últimos años se han abierto espacios para productos financieros.
Básicamente lo que se necesita comprobar es el origen de los recursos, es decir, que provienen de un trabajo personal lícito.
Sin SSN pero con ITIN
Qué significan esas siglas? El SSN equivale, en inglés a Social Security Number o Número de Seguridad Social, un registro que solo poseen los residentes legales o ciudadanos americanos. Los migrantes que no tienen todavía una estadía regular tienen un recurso de identificación legítimo a través del ITIN, Individual Taxpayer Identification Number o Nümero de Identificación Individual de Tributante.
El documento usual para toda persona que abre una cuenta es su Número de Seguridad Social, pero los migrantes sin residencia legal no tienen acceso a ello entonces lo que se puede presentar es el número de ITIN (Individual Taxpayer Identification Numer) es decir, el número de identificación truibutaria: un código numérico de 9 dígitos que el Servicio de Impuestos utiliza para registrar las declaraciones de cada persona, incluyendo a migrantes con situación migratoria irregular. Pagar impuestos en Estados Unidos, aunque no seas un residente legal, es una buena forma de mostrar buena fe y responsabilidad ciudadana.
Por lo tanto, quienes cuentan con ITIN pueden identificarse y corroborar la identidad mediante la licencia de manejo vigente o una tarjeta consular del país de origen. En algunos casos los bancos podrían pedir alguna otra referencia de personas como un párroco, un pastor o un líder comunitario.
El ITIN se solicita a través de un formulario digital, al cual se adjuntan ciertos documentos requeridos, a fin de que la persona cumpla con sus declaraciones y pagos de impuestos por ingresos. El proceso para la obtención de este número demora de 4 a 6 semanas en ser resuelto.
Es útil contar con una cuenta
Una vez con esta identificación se puede consultar en los bancos qué tipo de producto tienen disponibles para residentes sin estatus legal: cuentas de ahorro, monetarios o certificados de depósito. En algunos incluso otorgan tarjetas de débito o crédito, pero a menudo la disponibilidad es proporcional a los depósitos efectuados o a los ingresos declrados.
Los datos solicitados suelen ser nombre, fecha de nacimiento, teléfono y la identificación válida.
Para formalizar la relación con el banco se firma, una vez se haya aprobado la emisión de la cuenta, un contrato. Hay que fijarse bien en cuales son los términos o condiciones, porque constituye un acuerdo entre la persona y la institución bancaria. Es probable que se solicite un primer depósito por un monto básico estipulado. Varía según la entidad bancaria.
Una vez abierta la cuenta ya se pueden hacer depósitos, retiros de efectivo en cajeros automáticos o incluso manejo digital de la cuenta en algunos casos.
Es importante contar con un comprobante de domicilio, que puede ser un recibo de servicios públicos en el lugar donde se reside o el contrato de alquiler debidaente firmado a nombre del solicitante de la cuenta.
Servicio on line
A partir de la pandemia se agilizaron muchas gestiones en línea. Muchas solicitudes se pueden hacer por internet. Los trámites prácticamente son los mismos. Solo pueden abrir una cuenta personas mayores de 18 años.
Es importante acordar con el banco los términos de quien será la personas beneficiaria de la cuenta en caso no se encuentre el propietario. O bien si existe posibilidad de acceder a sus fondos a distancia, en caso de un cambio de Estado o bien otra situación que le obligue a regresar al país de origen.