Conducir en estado de ebriedad o con límites de alcohol en la sangre por encima de lo permitido es el famoso DUI (Driving Under Influence) es un delito serio en Estados Unidos, con sanciones que se agravan con cada reincidencia.
En ciertos países latinoamericanos existe mucha permisividad, demasiada, con respecto a los conductores que han ingerido alcohol. Las reglas suelen ser bastante laxas y por ello, existen personas que creen que en Estados Unidos pueden seguir comportándose así, pero nada más equivocado.
Conducir bajo la influencia de alcohol o drogas, conocido como DUI (Driving Under the Influence), es un delito grave en Estados Unidos. Así de simple.
Las sanciones varían según el estado, pero generalmente incluyen multas, suspensión de la licencia de conducir y penas de cárcel. La reincidencia agrava estas consecuencias, llevando a sanciones más severas.
Lo más seguro y lo más certero para evitar cualquier riesgo es NUNCA conducir bajo la influencia de alcohol. El viejo dicho es cierto: Si bebes, no manejes. Cero alcohol es igual a cero incidentes
Sanciones por una primera ofensa de DUI
Es importante destacar que factores agravantes, como un nivel de alcohol en sangre (BAC) superior a 0.15% o la presencia de un menor en el vehículo, pueden aumentar las sanciones.

Consecuencias de la Reincidencia en DUI
Segunda ofensa:

Tercera ofensa:
Además de las sanciones legales, una condena por DUI puede tener repercusiones adicionales, como dificultades laborales, aumento en las primas de seguro y, para inmigrantes, posibles complicaciones en su estatus migratorio.
Es fundamental estar informado sobre las leyes específicas de cada estado y considerar las graves consecuencias legales y personales antes de decidir conducir después de consumir alcohol o drogas.

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