Brandon López tiene 22 años y el 15 de mayo se graduó de ¡dos! carreras: Ciencias de la Computación y Psicologia en Duke University. Su mamá, la migrante guatemalteca Ingrid López, empezó a llorar de alegría, dos días antes de la ceremonia.
-¿Y por qué lloraba?
“¡De alegría!… De recordar las dificultades que pasamos cuando Brandon era niño (es madre sola) y sobre todo al verlo con la bandera de Guatemala sobre sus hombros, luciéndola. Me sentí orgullosa de él y también de mi país”, dice la migrante guatemalteca Ingrid López, quien llegó a Estados Unidos en 1998, proveniente de Nentón, Huehuetenango.
Aceptan la entrevista juntos, ella y su hijo Brandon López, quien apenas el 10 de mayo se graduó doble, es decir, obtuvo dos títulos universitarios: Ciencias de la Computación y Psicología, en la prestigiosa universidad de Duke, Carolina del Norte (catalogada como una de las 10 mejores Universidades de Estados Unidos). Estudio becado.
“¡Nunca pagamos nada!, exclama Ingrid, lo cual le parecía un milagro pues durante la adolescencia de Brandon ella soñaba con que continuara estudios universitarios pero no sabía cómo iba a pagar la colegiatura o los gastos asociados.
-¿Y es cierto que te vas a Microsoft, Brandon?
“¡Sií! Desde el año pasado estaba aplicando para diferentes lugares para tener un internship (interinato o práctica) y apliqué para Microsoft, un gigante de la computación. Pasé dos rondas de entrevistas. Me aceptaron y estuve ahí tres meses”.
“Ahora que ya estoy graduado en Computer Science me dan la oportunidad de trabajar allí full time en software engeneering (ingeniería de programación). Mucha gente aplica y tiene que esperar mucho tiempo para entrar, entonces para mí es una emoción poder trabajar allí justo después de graduarme”
¿Y por qué estudiaste Psicología?
Mi primera intención fue esa carrera. En realidad quería ser psiquiatra. Pero había que llevar la carrera de Medicina. Entonces empecé por Psicología. Siempre me ha fascinado el cerebro humano, sus funciones, la conducta…
La computación era otra inquietud. Desde que me compraron mi primera computadora, esta a veces no funcionaba o fallaba y tenía que ponerme a repararla. Y la reparaba. Luego en el college recibí un curso de Programación y me fascinó. Me encantó. Era un lenguaje universal abierto a las posibilidades. Y ahora con toda la investigación en inteligencia artificial como que se dan la mano las dos cosas.
Creció en Meza, Arizona
Brandon nació en 2002 y tiene la doble nacionalidad: es guatemalteco y estadounidense. Ingrid trabajó como babysitter, luego en lavandería y restaurantes. Por ser madre sola, a veces no tenía con quién dejarlo y se lo llevaba al trabajo.
“Trabajaba en una lavandería y le decía: cuando mires que viene el dueño, acércate a alguna familia que esté por allí para que no te note. Y así lo hacía. Nos funcionó muchas veces… hasta que una vez nos descubrieron. Brandon tenía 4 años. A mí se me partía el alma de que tuviera que pasar esos momentos… pero ganaba muy poco y si pagaba babysitter (niñera) no me quedaba para pagar el apartamento y la comida.
-¿Te acuerdas Brandon?
-Sí, me acuerdo que tenía un Gameboy y me mantenía jugando por allí, casi para que no me vieran. Después fue en un restaurante. Me dejabas coloreando mi cuaderno en una mesa y me encargabas que me estuviera solo allí, que no me moviera. Y así lo hacía. (Íngrid se sorprende de que él se recuerde)
"Your son is a gifted boy"
Cuando Brandon tenía unos 10 años, a Ingrid le avisaron de la Escuela que su hijo esa un “gifted boy”, es decir un niño superdotado para el aprendizaje. “Me sugirieron que hiciéramos skip level (saltarse de grados), pero yo no quise. Les dije: déjenlo que sea niño, que disfrute con compañeritos de su edad”. Siempre contaron con el apoyo de Tío Neto, hermano de Ingrid, quien les apoyó con transporte, recursos y es con quien actualmente tienen un emprendimiento de pintura de casas.
Mientras tanto, en la secundaria Brandon descubrió las matemáticas y la programación. Se convirtió en una pasión. “cuando mi computadora marcaba error, era un reto para mí resolver qué había pasado. Al empezar la carrera de Programación se sintió como pez en el agua. Podía dedicarme a trabajar un problema matemático por seis o siete horas sin parar, con total focus”.
Esfuerzo y plegarias de una madre
A Ingrid le preocupaba cómo iba a pagar la universidad. Eran más de 80 mil dólares al año. Ella le compartía su angustia a Tío Neto, pero este siempre le decía: Dios nos ayudará. Y ella entonces oraba: “Señor, tú hiciste a Brandon inteligente, entonces ahora me echas la mano para que pueda cultivar esa inteligencia”.
Brandon entró a un concurso de becas patrocinadas por Bill Gates. “Reciben más de 36 mil aplicaciones”, cuenta él mismo. “De allí seleccionaron solo 200 y yo seguía en la lista. Y finalmente me dieron una beca completa”. (Gracias, gracias, gracias a Dios, exclama Ingrid)
Pero no solo eso. Al solicitar admisión en universidades, Brandon recibió la invitación de 19 universidades y de ellas se decidió por la Universidad de Duke, catalogada como la número 7 de Estados Unidos.
"Mi verdadero diploma es que ella esté feliz"
Los años universitarios volaron entre libros, pantallas, laboratorios, largos exámenes bien superados y de pronto era el día de la graduación.
“Yo llore tanto desde dos días antes… pero también desde semanas antes. Traté de mantener la calma, pero el día que me mandó las fotos que se había tomado con la bandera de Guatemala y eso a mí me derritió. Yo me puse a llorar largamente”, relata Ingrid quien asistió a las dos graduaciones: la de Psicología y la de Computación.
Brandon: “YO le hago broma a Mamá porque ella lloraba cada vez que volvía de vacaciones y cuando me iba. Siempre llora. Y le dije, para la graduación cómprate maquillaje waterproof (a prueba de agua) por si lloras” (ríe)”
“Pero yo al tener el diploma en la mano, pensé que el verdadero orgullo para mí es ver a mi madre feliz. Un diploma es solo un pedazo de papel, pero el amor, el esfuerzo y el sacrificio de ella por mí eso es algo único”.
“Además, en esas fotos con mi bandera de Guatemala: yo soy guatemalteco, quiero mostrar que lo soy. Y por eso en las fotos me veo orgulloso porque me siento orgulloso. Me encanta decir que soy guatemalteco, porque es parte de mi ser”.
Imágenes que hablan por sí solas...
El consejo de Brandon
Finalmente, Brandon aconseja a los jóvenes que aún no se deciden si estudiar o no una carrera: “Anímense, entren al College aunque no sepan aún bien lo que quieren. Allí se les aclara la mente y descubrirán un mundo de posibilidades. No se pongan barreras ni miedos imaginarios. Avancen y crezcan porque es el mejor premio para el esfuerzo de sus padres”.
Y al excucharlo pienso:
“En verdad Brandon es un genio y no solo para las matemáticas”.