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La Jornada Mundial del Migrante y Refugiado fue, en Los Angeles, California, un día para visibilizar la lucha de los guatemaltecos por el TPS y de todos los hispanos por un futuro más próspero en la Unión Americana.

El 29 de septiembre se celebra la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, una fecha proclamada por la Iglesia Católica para recordar la realidad que viven millones de personas que, a causa de la violencia, la pobreza o la falta de oportunidades, se ven obligadas a dejar sus países en busca de un futuro mejor.

Este año, la conmemoración adquiere un significado especial para la comunidad guatemalteca en Estados Unidos, quienes llevan meses impulsando la aprobación del Estatus de Protección Temporal (TPS) como una medida de alivio para miles de migrantes.

En el marco de la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, decenas de guatemaltecos se reunieron en Los Ángeles para participar en una misa especial, donde recibieron una bendición por su lucha migratoria. El acto, que estuvo lleno de solidaridad y apoyo, fue liderado por un obispo de la arquidiócesis de Los Ángeles, quien abogó por los derechos de los guatemaltecos, recordando la importancia de la compasión y la justicia para todos los migrantes. El obispo hizo un llamado a las autoridades estadounidenses a proteger a quienes han huido de la violencia y la pobreza, y a darles la oportunidad de vivir y trabajar con dignidad.

La participación de la comunidad guatemalteca en la misa no solo reafirmó su fe, sino también su compromiso con la lucha por el TPS, una causa que continúa uniendo a cientos de migrantes en todo Estados Unidos.

La realidad de los guatemaltecos en el exilio

Miles de guatemaltecos han emigrado a Estados Unidos en busca de seguridad y mejores condiciones de vida, enfrentando en el camino enormes desafíos. La mayoría de ellos se han asentado en estados como California, Texas y Florida, donde contribuyen de manera significativa a las economías locales, trabajando en la agricultura, la construcción y otros sectores. Sin embargo, su estatus migratorio irregular los deja en una situación de vulnerabilidad extrema.

El TPS, que ha sido otorgado a ciudadanos de otros países en condiciones similares, les permitiría vivir y trabajar legalmente en EE.UU., brindándoles una protección temporal frente a la deportación. Los guatemaltecos, quienes enfrentan una situación de inestabilidad política y social en su país, continúan en su lucha para ser incluidos en este programa.

Una lucha constante por el TPS

Desde hace varios años, activistas guatemaltecos han alzado su voz para lograr la aprobación del TPS para sus compatriotas. Un ejemplo de ello es Elizabeth Guerra, una guatemalteca que desde hace cuatro años se ha convertido en una líder dentro de la comunidad migrante en Estados Unidos. Ella, junto con otros activistas, se ha colocado frente al consulado de Guatemala en varias ciudades del país para recoger firmas y movilizar a la comunidad en apoyo a la aprobación del TPS.

El Impacto del TPS en la comunidad guatemalteca

El Estatus de Protección Temporal no solo otorgaría seguridad a miles de guatemaltecos, sino que también tendría un impacto positivo en sus familias y comunidades. Para muchos migrantes, la deportación no solo representa la pérdida de un empleo, sino también la separación de sus seres queridos y la ruptura de los lazos que han formado durante años en Estados Unidos. La posibilidad de regularizar su situación bajo el TPS permitiría a muchos de ellos salir de las sombras y contribuir plenamente a la sociedad estadounidense.

Organizaciones de derechos humanos, grupos religiosos y líderes comunitarios se han unido a los esfuerzos de la comunidad guatemalteca para presionar al Congreso y a la administración estadounidense en la aprobación de esta medida. La lucha no ha sido fácil, pero la perseverancia de los migrantes y su deseo de un futuro mejor han mantenido viva la esperanza.

Reflexión en la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado

En este 29 de septiembre, Día Mundial del Migrante y Refugiado, es importante reflexionar sobre la situación de los millones de personas desplazadas en el mundo. Para los guatemaltecos en Estados Unidos, esta fecha simboliza no solo la necesidad de visibilizar su realidad, sino también de seguir luchando por un derecho fundamental: el derecho a vivir sin miedo, con dignidad y con la certeza de que sus aportes son reconocidos.

En su mensaje, el Papa Francisco, mencionó un discurso para quienes sueñan con un futuro mejor. “Muchos emigrantes experimentan a Dios como compañero de viaje, guía y ancla de salvación. Se encomiendan a Él antes de partir y a Él acuden en situaciones de necesidad. En Él buscan consuelo en los momentos de desesperación. Gracias a Él, hay buenos samaritanos en el camino. A Él, en la oración, confían sus esperanzas. Imaginemos cuántas biblias, evangelios, libros de oraciones y rosarios acompañan a los emigrantes en sus viajes a través de desiertos, ríos y mares, y de las fronteras de todos los continentes”.

“Dios no solo camina con su pueblo, sino también en su pueblo, en el sentido de que se identifica con los hombres y las mujeres en su caminar por la historia ―especialmente con los últimos, los pobres, los marginados―, como prolongación del misterio de la Encarnación”, mencionó en Santo Padre.

El TPS se ha convertido en una bandera de esperanza para miles de familias guatemaltecas que desean continuar construyendo su vida en un país que también sienten suyo. La comunidad migrante guatemalteca nos recuerda que el camino hacia la justicia y la igualdad es largo, pero nunca imposible.

Guatemala se lleva en el corazón

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Marysabel Aldana
Periodista guatemalteca con experiencia en periodismo escrito, digital y televisivo. Ha cubierto temas de política, actualidad nacional e internacional, artes, cultura y salud.
Periodista guatemalteca con experiencia en periodismo escrito, digital y televisivo. Ha cubierto temas de política, actualidad nacional e internacional, artes, cultura y salud.