Raúl López, llegó a Texas en 2014. Enfrentó las dificultades de ser migrante guatemalteco, pero el 23 de mayo se graduó como el mejor de su promocióm. Escribe su testimonio de vida especialmente para SoyMigrante.com
Raúl López, migrante guatemalteco y estudiante. Este es mi mensaje.
Solo con una maleta y una botella de agua llegué” relató el migrante guatemalteco Raúl López acerca de su llegada a la ciudad de Dallas, Texas. La difícil adaptación a un entorno extraño, la diferencia idiomática, los esfuerzos de sus padres fueron parte de su discurso de graduación de High School Maceo Smith. Ello fue el 21 de mayo último y le correspondió por ser el mejor de su promoción.
Raúl forma parte también del programa de liderazgo Barack Obama, el cual busca propiciar el acceso universitario. Gracias a dicho programa obtuvo una beca para continuar su ruta profesional.
El migrante guatemalteco escribió este mensaje de testimonio para SoyMigrante.com acerca de sus vivencias. En este texto hay emoción, inspiración y grandes ganas de vivir.
"Fue como si me lanzaran al agua fría"
Cuando aterricé en los Estados Unidos, desde Guatemala, el miedo era una de las muchas ideas que dominaban mis pensamientos. Un día yo era Raúl Alejandro López Muñoz, y al siguiente me convertí en simplemente Raúl López. De puro golpe, sin tener opción. No reconocía absolutamente nada del ambiente al que me había trasladado y tampoco estaba suficientemente familiarizado con el lenguaje como para que pudiera hacer preguntas y adquirir una imagen de este nuevo “mundo.”
Tuve que depender de guías poco comprensibles. Soy una persona a la que le gusta ser independiente. Fue como si me quitaran la libertad o mi “voz” , a la fuerza. De veras sentí como que me habían echado al agua fría, sin saber cómo nadar, y que en cada segundo estaba el riesgo de que por fin me ahogara.
¿Cómo no podía estar mentalmente paralizado el miedo con todo esto pasando al mismo tiempo? Las únicas personas con las que me sentía cómodo eran mi papá, mi mamá y mi hermanita. Y eso que la mayoría del tiempo me encontraba explorando nuevos senderos completamente solo, sin ellos. En menos tiempo de lo que imaginé ya estaba sentado en mi escritorio, rodeado de muchos estudiantes hispanos.
Su forma de hablar era muy rara. Muchos a veces ni siquiera llegaban a la escuela por irse a comer tacos o quedarse en la calle. Yo era muy pequeño para darme cuenta de lo que hacían. Tuve que depender del instinto y hacer lo correcto para sobrevivir. Ahora me he comenzado a dar cuenta de la gravedad de las acciones de aquellos compañeros. A saber cómo fue que salí de eso, pero estoy muy agradecido por tener la oportunidad de haber ido hacia mejores oportunidades en el 6to grado.
"Lo importante no es ser el mejor, sino el más dedicado"
Cuando entré en BOMLA (Barack Obama Leadership Male Leadership Academy), me sentí en un ambiente escolar completamente diferente al que había estado desde que llegué a Texas. En esta escuela todos los niños se respetaban y actuaban como hermanos en muchos aspectos.
Yo notaba la diferencia en la forma de convivir con mis nuevos compañeros a los que había tenido antes. Eso me hace pensar, “Soy muy afortunado de haber podido cambiar de escuela y ascendido a un lugar donde le pude sacar más provecho a mi educación”, porque la realidad es que hubiera sido fácil rendirme. Pero tuve el deseo de salir adelante.
No voy a mentir, durante mis primeros años en BOMLA me sentía en desventaja comparado con otros chicos, pero como les dije a muchos de mis compañeros durante mi discurso hace unas semanas, no es importante ser el mejor para poder ser exitoso, sino el más dedicado.
A pesar de siempre tener miedo y sentirme nervioso cuando entraba, siempre le puse muchas ganas a mis estudios, hice preguntas y hablé con otras personas, hasta que por fin tuve una idea de cómo manipular el mundo a mi favor. Recuerdo que el momento en el que por fin comprendí algunas cosas fue hasta finales de mi cuarto año en BOMLA. Desde entonces, he estado en reuniones, eventos, y he hecho servicio comunitario para poder explorar el mundo como siempre había querido.
He sido exitoso. Pero tengo que admitir que eso también se deriva de las experiencias de mis padres y mis compañeros, combinadas. Siempre vi a mis padres trabajar duro desde que tengo uso de razón.
Muchos de mis compañeros venían de barrios populares, pero siempre estaban muy dedicados y pintaban para ser algo grande, y muchos de ellos ahora van a ir a la universidad para estudiar arte, ingeniería, deportes y servicios médicos, entre varias otras materias.
Aunque he tenido varios buenos ejemplos, siempre me di cuenta de un aspecto que corre entre las personas más satisfechas con sus logros: Todo es simplemente cuestión de una actitud positiva.
Siempre listos para el cambio
No importa que tan inteligente o sabio seas, si no hay motivación en lo que haces, es mejor hacer algo que te renueve el entusiasmo. De lo contrario se corre el riesgo de deprimirse o bien tomar malas decisiones que luego dejan remordimiento.
La mayoría de la gente exitosa que he visto ha llegado muy alto porque siempre ha buscado la mejor manera de vivir su vida y la han disfrutado al máximo. DDesde que me di cuenta de esto, mi filosofía personal se ha basado en disfrutar mi vida y tomarme todo con calma. Intento estar tranquilo y satisfecho con lo que sea que haga, ya sea tarea o diversión. Para ser sincero, esa filosofía ha sido básicamente todo lo que he utilizado para poder ascender de posición en mi escuela.
Ahora ya me dirijo hacia un nuevo capítulo de mi vida. Voy a la universidad. Estoy confiado en que al tener una buena actitud y quedarme enfocado, podré llegar a tener todo lo que siempre he querido: una vida con paz.
No va a ser nada fácil pero estoy seguro de que puedo enfrentar todo. Nada fue más difícil para mí que el completo cambio de vida que sufrí al llegar a los Estados Unidos por primera vez.
A mi abuelito* le gusta decir: “Lo único que nunca cambia es el cambio,” y creo que a estas alturas, el cambio no será un problema sin importar qué cosa sea. Con ser una persona mejor cada día y saber cómo crecer, estoy seguro de que lograré ser la mejor versión de mí. Estoy seguro de que muchos otros jóvenes pueden serlo y hacerlo.
*Raúl López es nieto de Víctor Muñoz, Premio Nacional de Literatura de Guatemala 2014.
