El municipio de Sipacapa, San Marcos, fue fundado en 1713 y es habitado por un pueblo maya que vino de otras tierras a asentarse allí para florecer: es el pueblo Sipakapense.
El municipio de Sipacapa, en el departamento de San Marcos, Guatemala, cobija a la comunidad Sipakapense. La palabra “Sipacapan” deriva del náhuatl “sipaktli” que significa “Lagarto”, símbolo de la antigua tierra y cuyos colmillos adornaban los collares de la nobleza y se consideraban objetos muy valiosos.
Esto coincide con el hecho que en la línea divisoria entre Sipacapa y el municipio de Malacatancito, Huehuetenango, se encuentra una piedra con forma de la cabeza de un lagarto. (Fuente: Kb’i’ Rq’ab’ Tinmit Sipakapense – Toponimia lugares del pueblo maya Sipakapense. Academia de Lenguas Mayas de Guatemala.
El origen de la comunidad Sipakapense es K’iche’, de cuyo territorio se desplazaron. El reconocimiento de este idioma es muy reciente. Se definió su alfabeto en 1987, por medio del acuerdo Gubernativo No. 1046-87. El Decreto 65-90 de la Ley de la Academia de Lenguas Mayas de Guatemala, reconoció el Idioma Maya Sipakapense que se habla únicamente en el municipio de Sipacapa, pero que se ha mantenido por varios siglos.
Un idioma y una cultura bien definidos
Antes a este idioma se le denominaba K’iche’ de Sipacapa, pero los análisis lingüísticos llevaron a definirlo como una lengua totalmente distintas. El mayor peligro que afronta e sipakapense es la reducción de hablantes.
En 2002 se registraban poco más de 5 mil hablantes y según el censo de 2018, eran solo 4 mil 155. Dentro de las causas de la reducción están el uso preferente del castellano como lengua franca, la educación escolar no bilingüe, así como la migración.
La Academia de Lenguas Mayas efectúa talleres y difunde videos para dar a conocer el Sipakapense, motivar su valoración y prolonga rsu vida como vehículo de cultura, tradición e identidad.
La comunidad Sipakapense se ubica exclusivamente en el municipio de Sipacapa, departamento de San Marcos. Está rodeada por comunidades de habla Mam y K’iche’. Ocupa una extensión territorial de 93 kilómetros cuadrados.
Un largo camino hasta su actual territorio
Según investigadores los Sipakapenses llegaron al área actual un siglo antes de la invasión española. Esta población se menciona en 1551 como un pueblo que hablaba un idioma distinto, en el Título de los Señores de Sacapulas.
En 1707, la Corona española reconoció a Sipacapa como un pueblo aparte; en 1713 fue declarado municipio. El sacerdote Pedro Cortés y Larraz en 1775 estuvo a cargo de la parroquia de Santiago Texutla, ahí escuchó hablar a la gente en Mam y creyó que en Sipacapa hablaban la misma lengua pero pudo comprobar que era diferente.
Los primeros pobladores de Sipacapa salieron de Sacapulas, dirigidos por un cacique, como consecuencia de conflictos entre familias. Atravesaron Chinajul, pasando por Chumulsnik y se asentaron en la barranca de Saqiya’, antes Kanoj. Se extendieron hacia el paraje llamado Kukumb’ol, a las orillas de los ríos Chupadero e lxchol hasta llegar a la vega del río Cuilco. Se dedicaron a trabajar la piedra (cantería). Los habitantes de Sipacapa y Sacapulas (Sakapulteko) tienen un tronco común, pero son totalmente distintos.
Vida, tradición y valores del pueblo Sipakapense
En la comunidad Sipakapense, uno de los grandes valores es el respeto a los ancianos, a los parientes, a la propiedad ajena, a las autoridades y a la religión. Se enseña a los hijos a saludar con reverencia a los abuelos y ancianos en general, quienes, por sus conocimientos y experiencia en la vida, son consultados y se les pide consejo.
Entre los cuatro y los seis años, los niños comparten en el seno familiar, aprenden jugando y haciendo. Entre los seis y los ocho años, los padres inculcan a sus hijos la educación y la religión. Les enseñan a ser generosos con sus semejantes y no ser crueles con los animales, ya que hay gran respeto por la naturaleza y sus ciclos.
El matrimonio se encomendaba a un “Ajtzon” (sacerdote maya). La madre era la intermediaria entre el hijo y la futura nuera. El casamiento se celebraba tradicionalmente en casa de la novia en compañía de familiares y amigos. Los novios se arrodillaban frente a sus padres y escuchaban consejos para la vida en pareja. El divorcio no se aceptaba, los padres y la iglesia católica exigían a los hijos respeto al matrimonio.
Los nahualones: espíritus protectores
La tradición oral refiere que antes de la llegada de los españoles habitan la tierra Sipakapense, unos seres sobrenaturales llamados Nahualones que en equilibrio con la naturaleza vivían en paz, no hacían daño a nadie, ni a las plantas ni a los animales.
Los Nahualones vestían huipiles largos elaborados por ellos mismos. Se comunicaban directamente con el creador y formador, el corazón del cielo y corazón de la tierra, eran los intermediarios entre el Ajaw y las personas. Se dice que defendieron a los habitantes de Sipacapa, de los españoles, por eso los Nahualones están enterrados en lugares sagrados.
Como todos los pueblos precolombinos del actual territorio guatemalteco, Sipacapa enfrentó en la época colonial las reducciones a pueblos indígenas, el repartimiento de tierras, trabajos forzados y las encomiendas. Los capitanes españoles apropiándose de las tierras ancestrales las repartieron entre sus acompañantes.
En 1,816 los nativos lograron se reconociera un título de tierras. Justo Rufino Barios en 1877 dejó sin validez los títulos comunales y exigió títulos legales de propiedad de las tierras que ancestralmente habían sido de las comunidades nativas.
Indumentaria tradicional Sipakapense
Antes de la llegada de los españoles, el trabajo de hilar y tejer correspondía a las mujeres, que para ellas era un trabajo sagrado como para el hombre cultivar la tierra. A inicios del siglo XX los hombres Sipakapense aún utilizaban un pantalón blanco de lana de oveja, camisa de manta, capixay negro a cuadros, pañuelo rojo sobre la cabeza y sandalias con talón.
Las mujeres vestían corte (pieza que cubre el cuerpo de la cintura al tobillo) de color rojo, blusa de manga larga elaborada de manta, una faja ancha de lana, aretes, reboso largo siempre portado en la espalda
Actualmente se usa un huipil blanco o de otro color con bordados de figuras de flores en el cuello. El corte actualmente es de franjas de diferentes colores y diseños jaspeados, estos lienzos se elaborados en Salcajá, Quetzaltenango y San Francisco El Alto, Totonicapán.
Actualmente la reina maya de Sipacapa es la única que en ocasiones especiales porta el antiguo traje tradicional. Este consta de huipil blanco, decorado en el pecho con listones de colores, y cortes jaspeado negro y blanco el cual sujeta a la cintura con una faja.