La generosidad chapina nuevamente se hizo sentir en cuatro refugios migrantes de Tijuana, a donde voluntarios de la Red Migrante Guatemalteca llevaron juguetes y una refacción a los niños que se encuentran allí.
Aprovechando que era el domingo anterior a la fiesta de los Santos Reyes, en que tradicionalmente se entregan obsequios a los niños, integrantes de la Red Migrante Guatemalteca llegaron a cuatro refugios de Tijuana, Baja California, México, en donde hay familias en espera de asilo o trámites. La esperanza era alegrar a los pequeños, dándoles un símbolo de esperanza a través de un juguete y una sencilla refacción.
Impulsar la esperanza a través de la bondad
La Red Migrante Guatemalteca, presidida por Walter Batres, efectúa periódicas visitas a los albergues para llevar alimentos, ropa, frazadas y otros insumos que puedan ser de utilidad. Pero esta vez estamos “visitando a los niños migrantes en la frontera en un día tan especial cuando por tradición todos esperan un regalo y un pedacito de rosca o pastel”, expresó Batres.
“En este lugar hay muchos niños, acompañados de uno o ambos padres que esperan poder ingresar a Estados Unidos, pero la espera por sus procesos de admisión bajo refugio de la aplicación CBP ONE suele tardar semanas o meses”, agrega Badres.
Un rayo de sol enmedio de la incertidumbre
“Muchos padres de familia que aún no reciben su cita de ingreso viven angustiados porque no saben si la nueva administración del gobierno de USA cancelará o dejará de recibir personas utilizando este método”, expone el comunicado de prensa de la Red Migrante.
Durante la actividad se vivieron momentos de alegría y sonrisas enmedio de la adversidad y dificultades que se viven a diario. Entre tiendas de campaña y la incertidumbre de la espera, los niños se motivaron al recibir juguetes, porciones de pizza y también rosca de reyes.
“Bajas temperaturas se apoderan del territorio norte en los próximos dos meses, pero esto no detiene a muchos ciudadanos de los países latinos a buscar su sueño americano a través de una aventura de miles de kilómetros sin importar las bajas o altas temperaturas del desierto”, señala la Red Migrante Guatemalteco.