Entre las sombras de la memoria y los ecos lejanos de un pasado difícil pero añorado, Federico Marcos regresó a visitar su tierra natal y su gente: un viaje en el que construye nuevos recuerdos que se llevará en el corazón a Estados Unidos.
Un migrante que soñaba vivir un fin de año con familiares en Guatemala
El hogar, es punto de encuentro entre el espacio físico y la esencia misma de nuestra identidad, se revela como el destino anhelado. Lo que un día era imposible ahora Federico lo disfruta en compañía de amigos y familia. No es la primera vez que Federico visita su tierra natal, pero en cada llegada crea nuevas metas y compromisos consigo mismo y su gente.
La travesía de Federico comienza esforzándose todos los días. Trabajar y ahorrar se convierte en uno de sus objetivos para abrazar sus raíces. Empacar maletas y regalos para su familia en Guatemala se convierte en un sentimiento único e inexplicable.
Pasar la navidad junto a su familia después de muchos años, ha sido un sueño. Esta es la segunda navidad en Guatemala. La planificación, los costos y demás se van acomodando justo al tiempo. El cansancio se desvanece desde que el avión toca la tierra de la eterna primavera. Son los sonidos, la comida y el ambiente donde los sentimientos se entrelazan y el corazón palpita sin parar de la emoción.
La travesía de su viaje no termina ahí, son otras horas más para reencontrarse con su familia en el municipio de San Francisco el Alto Totonicapán y familiares en Colomba Costa Cuca, Quetzaltenango de donde Federico es originario. En el camino duerme poco, porque trata de disfrutar de los paisajes que aún se pueden observar en la parte del occidente.
Tierra con montañas de nostalgia
La primera parada fue en San Francisco el Alto Totonicapán, son los abrazos, lágrimas y alegría que invaden el momento. Hay muchas emociones que agitan el corazón, pero calman el alma. Y así inician largas conversaciones y la felicidad se queda esa noche en el hogar de Federico, claro el amigo Barras sorprendido de tanto amor y felicidad.
El sonido de los pájaros y el canto de los gallos sobre los techos de teja a las 6:30 de la mañana despiertan a Federico, quién durmió como nunca antes. El olor a café y las tortillas a mano también derriten el corazón de Federico. Pero para el amigo americano Barras es inusual despertar de esta forma. Una forma agradable.
Comienzan el día con el desayuno y pláticas entre español, kiche e inglés. El plan es recorrer todos los rincones de su tierra. Pero antes se destina a llegar a Colomba Costa Cuca Quetzaltenango. El objetivo es visitar a familiares y vecinos.
Así se hizo viral Federico Marcos
Migrante Antonio Marcos atrajo la atención en juego clave de la Selección en Copa Oro: esta es su historia
Entre miles de guatemaltecos reunidos en el juego que Guatemala ganó 3-2 a Guadalupe en New Jersey, hubo un rostro que atrajo cámaras...
Leer másMás allá del viaje
La idea de Federico es compartir con los vecinos con un presente, pero él tiene un dicho “Lo que hagas con tu mano derecha que no lo sepa tu mano izquierda”, pero Barras al ver la intención se sumó a esta noble causa donde llevaron insumos de la canasta a básica a familias y vecinos de su tierra de origen Costa Cuca.
Han pasado los años y las necesidades en aquel lugar son varias, pero Federico llega a motivarlos y sobre todo él realiza un compromiso consigo mismo y con la comunidad. Para en algún futuro apoyar las necesidades. “Hay mucha necesidad, y pobreza, pero con algo podemos aportar”.
La visita a su natal Colomba Costa Cuca fue también disfrutar de los paisajes, la comida, las pláticas y la visita a varios lugares que le recuerdan su infancia. Luego de este recorrido se dirigen al municipio de San Andrés Xecul, Totonicapán, admirar y tomarse fotografías en el templo católico de la localidad “Característico por sus colores y estructura”.
San Andrés Xecul, Totonicapán
En su natal Flores Costa Cuca, en el ingenio donde entregó café, de niño
Más navidades en mi hogar
Han sido pocos días, pero han disfrutado mucho del país, Federico cumple el sueño de disfrutar su tierra natal y su amigo Barras está admirado y asombrado de gran riqueza cultural. Pero la esencia de su visita es pasar la media noche con su familia el 24 de diciembre.
Recuerdos, amor y alegría acompañaron esa noche del 24 de diciembre “Primero agradecer a Dios por esta oportunidad” recibió la navidad junto a sus hijos, amigos y familiares un momento único y emotivo para Federico. Arrodillado agradeció la vida y el momento. Los paches, el café, las uvas, las galletas también acompañaron la mesa del migrante guatemalteco.
No faltó las bombas de colores, los cuetes y las estrellitas, también el respectivo aperitivo, una noche mágica e inolvidable para Federico y sobre todo el amigo Barras. “Es mi segunda navidad y es realmente emocionante”.
Luego de esta gran convivencia se han dirigido a recorrer grandes sitios como el municipio y departamento de Totonicapán, disfrutaron de las actividades del 25 de diciembre observando el convite navideño y delectarse con la comida local. Su paso también está por el hermoso lago en Panajachel, Sololá, Guatemala y otros lugares de Guatemala.
“Paisanos un fuerte abrazo. Yo pase muchas navidades solo y me recuerdo que no fue fácil”
Los días han pasado rápido y la emoción aún continúa, pero ya es hora de volver a Estados Unidos. Es doloroso empacar y guardar grandes recuerdos, pero las amistades y nuevos amigos se llevan en el alma y corazón del migrante guatemalteco Federico.
Este es el testimonio de una travesía marcada por la añoranza, la anticipación y la complejidad de reconectar con los lugares que una vez se consideraron familiares.