Luis Alberto Choc ha encontrado en las suculentas un motivo de fascinación por su variedad y encanto natural, pero también se ha convertido en emprendedor con su cultivo, cuidado y venta. Ahora está en MERCADI
El amor por las plantas puede convertirse en un estilo de vida, en una convicción por la belleza natural, pero también en una oportunidad de negocio, lo cual requiere de mucho cuidado y conocimiento. Ese es el caso de Luis Alberto Choc, un emprendedor cobanero quien ha encontrado en el cultivo de suculentas y otras especies ornamentales no solo una fuente de ingresos, pero también un refugio de paz y aprendizaje constante.
La tienda digital de SucuGarden Cobán ya está abierta en SoyMigrante.com MERCADO, la comunidad en línea creada para que emprendedores y compradores guatemaltecos se encuentren: un proyecto activo, proactivo e innovador para pequeños negocios y creadores de productos elaborados a mano, detrás de los cuales siempre hay una historia. Y esta es la historia de SucuGarden Cobán.

Una idea desde 2018
Su tienda, SucuGarden Cobán, nació en 2018 con la intención de organizar, conocer y clasificar diferentes especies de plantas, incluyendo cactus y orquídeas, además de suculentas.
Las suculentas constituyen un grupo de plantas que tiene al menos 9 familias, que incluyen las cactáceas, los agaves y también las populares crasuláceas. Esta última familia tiene al menos 1000 especies y por ello parecen tan irrepetibles, únicas y fascinantes. Es precisamente ese carácter particular lo que Luis Alberto ha convertido en una pasión y en un emprendimiento.
Un inicio motivado por la curiosidad y el orden
El interés de Luis Alberto por el mundo vegetal comenzó cuando conoció a varios amigos coleccionistas de plantas. En su región, muchas personas necesitaban a alguien que se encargara del cuidado de sus pequeños jardines y plantas de interior. Luis asumió el reto.
Lo que en un principio era solo un apoyo a quienes requerían mantenimiento para sus plantas, poco a poco se transformó en una vocación. Empezó a informarse, a aprender, a conocer de sus cuidados, ambientes óptimos y formas de reproducción.

“Las plantas necesitan cuidado, alguien que las vea y las atienda. Me organicé con un invernadero para protegerlas y darles el mantenimiento que requieren”, comenta Luis.
Así, SucuGarden Cobán empezó a tomar forma, combinando la pasión de su fundador con la necesidad de brindar un espacio adecuado para la conservación y propagación de diversas especies ornamentales.
El desafío del mantenimiento y la expansión
En sus primeros años de trabajo, Luis llegó a cuidar entre 3,000 y 5,000 plantas, una labor que, con el tiempo, se volvió más demandante.
Dado el volumen y la dedicación que requiere cada especie, decidió buscar apoyo para el mantenimiento de las plantas, asegurando que cada una recibiera los cuidados adecuados al menos tres veces por semana. A la vez esto requería de ingresos que empezó a generar a través de la venta de plantas de todos tamaños.

Más allá del esfuerzo físico, lo que más disfruta de su emprendimiento es el conocimiento que ha adquirido con los años.
Cada planta, asegura, representa un pequeño universo de curiosidades, desde sus necesidades específicas hasta los beneficios que aportan al medio ambiente.
La conexión con la naturaleza y el aprendizaje constante
Para Luis, cuidar plantas es más que una simple tarea: es una forma de vida. Su trabajo le ha enseñado paciencia y disciplina, cualidades que no solo aplica en su invernadero, sino en su día a día.
“El trabajo en el campo y el manejo técnico para cuidar una planta se reflejan en mi vida. La paciencia que les dedico es la misma que necesito para cada aspecto de mi rutina”, expresa.

Este vínculo con la naturaleza no solo le ha permitido desarrollar un negocio estable, sino que también ha convertido su invernadero en un espacio de tranquilidad y reflexión.
En cada planta que cuida, Luis encuentra una conexión con el medio ambiente y un recordatorio de que, con paciencia y dedicación, las cosas pueden florecer.
Mientras SucuGarden Cobán sigue creciendo, Luis mantiene su entusiasmo intacto. Su pasión por las plantas le ha demostrado que, más allá de ser un simple pasatiempo, el cultivo de especies ornamentales puede convertirse en una fuente de aprendizaje, trabajo y satisfacción personal.
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