Tribunal Supremo Electoral anunció el reinicio del empadronamiento de migrantes guatemaltecos, pero la participación electoral fuera del país aún afronta varios desafíos.
La comunidad guatemalteca en el extranjero, especialmente en Estados Unidos, se prepara con esperanza y cautela ante las próximas elecciones generales de Guatemala, programadas para 2027. Las proyecciones iniciales apuntan a que la participación podría duplicarse en comparación con los procesos electorales de 2019 y 2023, si se logran superar varios retos estructurales y políticos que históricamente han limitado el voto migrante.
El Tribunal Supremo Electoral anunció el inicio del empadronamiento o actualización de datos de guatemaltecos en el extranjero. PO Según Alfonso Pérez, miembro de la Mesa Migrante Guatemalteca en Los Ángeles, esta vez hay señales positivas que podrían hacer crecer el padrón electoral en el exterior.
Entre ellas, destaca el incremento en la emisión del Documento Personal de Identificación (DPI) en los consulados de Guatemala en EE. UU., que podría sumar por lo menos 150,000 nuevos registros, más los cerca de 10,000 DPI emitidos cada mes hasta el cierre del padrón en marzo de 2027.
El reto: empadronar, informar y reformar
El ausente reconocimiento del pasaporte
Una de las mayores críticas hacia el sistema electoral guatemalteco es la exigencia exclusiva del DPI como documento válido para votar, a pesar de que el pasaporte es el único documento reconocido legalmente para identificar a los guatemaltecos en el exterior, según la Ley Migratoria y el Decreto 44-2016. Esta falta de armonización legal ha dejado fuera a miles de guatemaltecos en los procesos anteriores.
“En 2019 y 2023, muchos compatriotas no pudieron votar simplemente porque no tenían DPI, aunque sí tenían pasaporte vigente. El TSE debería facilitar el acceso, no poner más trabas”, expresó Pérez.
Riesgos migratorios y miedo al desplazamiento
Otra limitante importante son las políticas migratorias en EE. UU. Bajo la nueva administración del presidente Donald Trump, se han intensificado las redadas migratorias y operativos contra personas sin estatus legal, lo que disuade a muchos guatemaltecos de acudir a los consulados por temor a ser detenidos, incluso si no tienen antecedentes.
“Muchos guatemaltecos viven en zonas sin representación consular, y desplazarse a otra ciudad o estado puede implicar un riesgo real de deportación”, advierte Pérez.
¿Es posible el voto electrónico?
Una de las principales demandas de la diáspora guatemalteca es la implementación del voto electrónico a distancia, para facilitar la participación sin poner en riesgo a los votantes. Sin embargo, la última reforma legal dejó fuera esta posibilidad, limitando el voto a la modalidad presencial.
Un derecho en pausa
Para miles de guatemaltecos en el extranjero, el derecho al sufragio sigue siendo un ideal distante, atado a decisiones burocráticas, distancias geográficas, temor a la persecución migratoria y un sistema electoral que no termina de adaptarse a su realidad.
“Queremos votar. Queremos ser parte de la construcción democrática de Guatemala, pero necesitamos que el sistema esté pensado para nosotros”, concluye Alfonso Pérez.
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