El arte de crear bonsái despertó en Jenocias Guzmán, un motivo para emprender y mostrar su talento que ahora promociona en SoyMigrante.com MERCADO.
En Zaragoza, Chimaltenango, Ernesto Jeconias Salvador Guzmán, de 30 años, ha transformado su pasión por la naturaleza en un arte detallado, vivo y fascinante: el cultivo de los árboles miniatura, con la técnica japonesa conocida como Bonsai.
Con 15 años de experiencia, su dedicación y amor por esta técnica milenaria lo han convertido en un referente local en el cultivo y diseño de estas pequeñas maravillas.
La tienda digital Bonsái Chimaltenango ya está abierta en SoyMigrante.com MERCADO, la comunidad en línea creada para que emprendedores y compradores guatemaltecos se encuentren: un proyecto activo, proactivo e innovador para pequeños negocios y creadores de productos elaborados a mano, detrás de las cuales siempre hay una historia. Y esta es la historia Bonsái Chimaltenango.
Un inicio inspirado por amigos
Jeconías comenzó su trayectoria en el mundo del bonsái por consejo e insistencia de amigos que le enseñaron las bases de este arte mientras estudiaba Agronomía. Poco a poco fue encontrando el gusto por aquellos árboles que caben en la palma de la mano o en el espacio de una mesa, con ramas, hojas, raíces e incluso flores, en pequeñas dimensiones.
Para él, el bonsái no es solo una extensión de la agricultura, sino una expresión artística que le permite conectar con la naturaleza, con la espiritualidad y con la belleza.
Cuidado y creatividad: el corazón del bonsái
El proceso comienza seleccionando cuidadosamente las plantas que serán convertidas, a base de paciencia, en modelos a escala de los árboles tradicionales.
Su favorita es la buganvilia, una especie que, según él, “se adapta a casi todos los climas” y que domina su colección. El color magenta característico le da un aspecto peculiar que encanta a muchos compradores.
Cuidar un bonsái implica moldearlo constantemente, protegerlo de plagas y mantener un riego adecuado, tareas que requieren paciencia, creatividad y dedicación. Una vez adquirido, el nuevo dueño debe hacerse cargo de continuar con este cuidado, que brinda paz espiritual y un pasatiempo tranquilo.
Un arte que trasciende fronteras
Desde 2020, Jeconias ha utilizado su página en redes sociales para mostrar su trabajo y participar en exposiciones, llevando el arte del bonsái a nuevos públicos.
Su objetivo para 2025 es ambicioso: crear un museo de bonsáis en Guatemala, inspirado en otros países, donde pueda exhibir la belleza y la historia de estas plantas. “No solo se trata de reducir, sino de comprender, crear un lenguaje y apreciar la vida”, dice.
El valor de una obra viva
Aunque tiene una colección privada que no está a la venta, Jeconias comercializa bonsáis con precios que van desde, Q350 hasta Q5,000, dependiendo del tamaño y la complejidad del diseño.
“Cuando es un ejemplar pequeño, puedo enviarlo, pero los más grandes requieren un cuidado especial y debo entregarlos personalmente”, explica.
Para Jeconias, el bonsái es más que un trabajo: es una forma de transmitir emociones y paciencia.
Con su dedicación y visión, este joven emprendedor no solo da forma a árboles, sino que también inspira a otros a valorar el arte y la naturaleza como expresiones de creatividad y esfuerzo.