Delia Tahay, emprendedora y madre maya tzutujil de Nahualá, Sololá, decidió llevar la riqueza textil maya hasta el mundo digital a través de su tienda Jade, en SoyMigrante.com MERCADO. Le motiva la oportunidad de crecer, pero también el sentido de pertenencia que percibe en la iniciativa del emprendedor digital maya q’anjob’al Marcos Antil, CEO de SoyMigrante.com. “Marcos es como nosotros, es uno de nosotros. Marcos ese como uno”, expresa Delia.
Aprendió a tejer con las enseñanzas de su mamá y también con ella se inició en el comercio de textiles, artesanías y productos elaborados a mano. Actualmente Delia elabora textiles, pero también los compra a artesanos de Sololá y Quiché sin regatearles el precio. “Nuestros textiles mayas tienen un costo material y uno espiritual. Llevan tiempo, dedicación, oficio y quien de verdad los aprecia, sabe que el precio lo refleja”, dice.
SoyMigrante.com MERCADO es la comunidad en línea creada para que emprendedores y compradores guatemaltecos se encuentren: un proyecto activo, proactivo e innovador para pequeños negocios y creadores de productos elaborados a mano, detrás de las cuales siempre hay una historia.
Jade ofrece actualmente bolsas de dama con detalles textiles, bordados y colores mayas, pero Delia espera pronto ofrecer otros productos que genera.
“Decidí abrir Jade en MERCADO porque a diferencia de otras empresas de comercio electrónico, tiene un enfoque cultural y humano”, expresa Delia. Esta identificación fue clave. Aunque conocía otras opciones en redes sociales, es MERCADO el que realmente hizo sentir como en casa: “Sentí que era una oportunidad de llevar mi emprendimiento a otro nivel, pero con alguien que entiende de dónde venimos, que ese emprendedor y sabe de las necesidades de los comerciantes”.
Desde hace 13 años, Delia dirige la venta de artesanía Jade, donde distribuye productos textiles y artesanías elaboradas en Sololá y Quiché. Aprendió a tejer, a comprar y vender junto a su mamá. En 2011, con el nacimiento de su primer hijo, Delia decidió independizarse y consolidar su propio camino como artesana y comerciante.
Sus creaciones incluyen trajes típicos, bolsos, calzado y joyería, elaborados a mano, con técnicas ancestrales como el tejido en telar de cintura. Este proceso puede tomar desde varios días hasta semanas. Por ejemplo, su esposo dedica un día completo a tejer la tela para un corte, y ella puede tardar entre 10 y 15 días en terminarlo, dependiendo de la complejidad. “Es allí donde entra la valoración y el carácter único de cada producto”, explica.
Pero la producción también es colaborativa y comunitaria. Delia ha tejido una red de artesanos: hombres y mujeres que participan en distintas fases del trabajo. Muchos son de su comunidad, Nahualá, pero también ha integrado familias de otros lugares como Zacualpa, en Quiché, donde los niños comienzan aprendiendo a tejer pequeñas fajas en su tiempo libre.
Más allá de producir, Delia también educa. Enfrenta con paciencia el desconocimiento de quienes regatean sin entender el esfuerzo que hay detrás de cada pieza: “No me molesta. Es gente que no sabe. Entonces les explico el proceso, y se sorprenden”. Para ella, es una forma de defender el valor del trabajo artesanal sin confrontación, sino con diálogo.
Los textiles tradicionales no solo son su sustento, sino también su legado. Delia conserva prendas tradicionales de su infancia sirven como modelo para futuras creaciones. “Los diseños —pajaritos, figuras humanas, caballos— son seleccionados según el gusto de los clientes, pero también responden a la memoria familiar, a los retazos heredados de abuelas y madres que cortan y reparten fragmentos de bordados para que sus hijas los reproduzcan”, cuenta.
Delia es enfermera de profesión pero su vocación ha sido siempre el tejido. Las oportunidades laborales en su área la obligaban a trabajar lejos de casa, incluso en la frontera con México. Por eso, decidió quedarse en su comunidad y apostar por el emprendimiento textil: “Esto ha sostenido a mi familia desde siempre”, afirma con convicción.
Hoy, con su tienda en SoyMigrante.com MERCADO, Delia demuestra que la tradición y la tecnología se complementan. Desde su hogar en el altiplano guatemalteco, conecta su historia con el mundo, dando visibilidad a una cultura que, aunque muchas veces invisibilizada, sigue viva en cada hilo que entrelaza.
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