En el Día Internacional del Migrante, se reconoce el impacto de los guatemaltecos en el extranjero, especialmente en la industria de la construcción.
Cada 18 de diciembre, el mundo conmemora el Día Internacional del Migrante, una fecha que reconoce las contribuciones de los migrantes a sus países de origen y de destino.
Para Guatemala, esta celebración adquiere un significado especial, pues millones de connacionales en el extranjero, especialmente en Estados Unidos, han demostrado ser una fuerza fundamental en sectores clave como la construcción y el desarrollo económico.
Los migrantes guatemaltecos son más que trabajadores en el extranjero; son el motor que impulsa el desarrollo en múltiples niveles. Su aporte a la construcción, tanto física como económica, es invaluable, y su reconocimiento debe trascender las estadísticas.
En el Día Internacional del Migrante, Guatemala rinde homenaje a quienes, con esfuerzo y sacrificio, construyen sueños en otros países mientras transforman la vida de sus familias y su nación. El impacto de su trabajo es una lección de cómo la determinación y el esfuerzo pueden superar cualquier frontera.
Migrantes en la construcción: la columna vertebral de las ciudades
Uno de los sectores donde los guatemaltecos destacan por su esfuerzo y dedicación es el de la construcción. En ciudades como Los Ángeles, Nueva York y Houston, miles de migrantes trabajan diariamente en proyectos que van desde edificios residenciales hasta obras de infraestructura masiva.
De acuerdo con Edgar Barrios, integrante de la Cámara Guatemalteca de la Construcción (CGC), el aporte de los guatemaltecos en este sector no solo es reconocido por su calidad y compromiso, sino también porque representan un enlace vital para la economía guatemalteca.
“La industria de la construcción en Estados Unidos se beneficia enormemente del trabajo de los migrantes guatemaltecos. Son personas que, a través de su experiencia y resiliencia, han ganado la confianza de los empleadores y han sido parte de proyectos fundamentales en la modernización de grandes ciudades”, afirmó el integrante.
Remesas: el motor de la economía guatemalteca
El impacto de los migrantes guatemaltecos en el extranjero no se limita a los países donde residen. Según cifras del Banco de Guatemala, en 2024 las remesas enviadas por los migrantes superarán los US$20,000 millones, una cifra histórica que representa más del 18% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Estas remesas, enviadas principalmente por quienes trabajan en la construcción, son fundamentales para millones de familias en Guatemala.
“Los migrantes son un soporte económico para comunidades enteras. El dinero que envían no solo cubre necesidades básicas como alimentación y vivienda, sino que también financia pequeños emprendimientos y proyectos educativos que contribuyen al desarrollo local”, agregó el representante de la CGC.
La importancia de los migrantes en la economía
El aporte de los migrantes va más allá del envío de remesas. Su experiencia en el extranjero ha sido clave para introducir nuevas técnicas y estándares de calidad en sectores como la construcción. Muchos guatemaltecos que regresan al país después de años de trabajo en Estados Unidos llevan consigo conocimientos que les permiten mejorar procesos y desarrollar proyectos más eficientes.
Un ejemplo claro es el uso de tecnologías avanzadas en la construcción, como materiales sostenibles y sistemas de diseño estructural, que han sido implementados por guatemaltecos formados en el extranjero. “Los migrantes no solo aportan con dinero, sino con ideas y habilidades que elevan la competitividad del sector en Guatemala”, destacó la CGC.
Historias de esfuerzo y transformación
Para personas como Juan López, un migrante originario de Jutiapa que lleva 15 años trabajando en la construcción en Los Ángeles, su labor no solo le ha permitido mejorar la calidad de vida de su familia en Guatemala, sino también contribuir a la economía estadounidense. “Es un trabajo duro, pero vale la pena. Saber que con mi esfuerzo estoy ayudando a construir un futuro mejor para mis hijos y mi país me llena de orgullo”, comentó.
Historias como la de Juan son un recordatorio del sacrificio que implica ser migrante. Muchos enfrentan largas jornadas de trabajo, condiciones adversas y la separación de sus seres queridos, pero lo hacen con la esperanza de un futuro más prometedor.
Una fecha para reflexionar
El Día Internacional del Migrante no es solo una oportunidad para reconocer el impacto de los migrantes en la economía, sino también para reflexionar sobre la importancia de garantizarles condiciones dignas de trabajo y acceso a oportunidades.
Para Guatemala, este día es un recordatorio de la importancia de construir políticas públicas que fortalezcan el vínculo con la diáspora y aprovechen su potencial. Iniciativas como programas de capacitación en construcción, la facilitación de inversiones desde el extranjero y la promoción de proyectos de vivienda sostenible podrían ser un primer paso para honrar y maximizar el impacto de los migrantes en el desarrollo del país.