La tradición ancestral de los barriletes gigantes de Santiago Sacatepéquez y Sumpango, en Guatemala, ha sido oficialmente inscrita como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
Los emblemáticos barriletes gigantes de Santiago Sacatepéquez y Sumpango, una tradición ancestral que combina arte, espiritualidad y cultura, han sido declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, destacando su importancia como símbolo de identidad y vínculo comunitario en Guatemala.
Este reconocimiento fue anunciado el 4 de diciembre de 2024 durante la 19 reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, llevada a cabo en Asunción, Paraguay.
Una práctica de significado espiritual y comunitario
La elaboración y el vuelo de estos coloridos barriletes representan mucho más que una actividad festiva; son un símbolo de la identidad cultural guatemalteca, uniendo arte, espiritualidad y reflexión social. Según el Ministerio de Cultura y Deportes (MCD), esta tradición, transmitida de generación en generación, fortalece los lazos comunitarios y promueve una conexión espiritual con los ancestros.
El Gobierno de Guatemala destacó que los barriletes son “mensajeros del cielo” y un homenaje a la creatividad y cosmovisión de los pueblos indígenas. Por su parte, Patricio Zambrano Restrepo, representante de la Unesco en Guatemala, felicitó al país por esta destacada labor de preservación cultural.
Los barriletes gigantes tienen raíces profundas en las creencias y prácticas de los ancestros de Santiago y Sumpango. Según relatos tradicionales, estas comunidades comenzaron a fabricarlos como una forma de alejar a los malos espíritus que acompañaban a las almas de los difuntos durante el Día de Todos los Santos. El sonido producido por el viento al chocar con el papel de los barriletes era visto como un medio eficaz para purificar el entorno.
Un proceso creativo y colaborativo
La creación de un barrilete gigante es una tarea que puede tomar meses. El proceso comienza con la selección de una temática específica que guiará el diseño. Posteriormente, los artistas trazan bocetos detallados y trabajan en equipo para ensamblar estas imponentes estructuras utilizando materiales como papel de colores, bambú y otros recursos naturales.
La culminación del trabajo ocurre en la víspera del Día de Todos los Santos, cuando los barriletes son elevados en el Festival de Barriletes Gigantes.
Cada 1 de noviembre, Santiago Sacatepéquez y Sumpango se convierten en el escenario de un espectáculo único, donde barriletes de dimensiones sorprendentes compiten en diferentes categorías. Aunque hay premios para los mejores diseños, el verdadero objetivo de los participantes es preservar esta tradición, celebrar la vida y rendir homenaje a sus raíces culturales.
La inscripción de esta práctica en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad no solo destaca la riqueza cultural de Guatemala, sino que también asegura que esta tradición seguirá siendo valorada y protegida. Este logro reafirma la importancia de preservar las costumbres que definen la identidad de un pueblo y fortalecer el vínculo entre generaciones.
Los barriletes gigantes de Santiago Sacatepéquez y Sumpango, ahora reconocidos a nivel mundial, seguirán siendo un testimonio vivo de la creatividad, la espiritualidad y la resiliencia de los guatemaltecos.