¿Quién era Atanasio Tzul? ¿Por qué se convirtió en líder de un movimiento en Totonicapán en 1820? ¿Qué comunidades se unieron? Esta y otras respuestas, aquí.
El 11 de julio de 1820 se produjo un movimiento indígena en contra de tributos que ya se habían eliminado pero que el gobierno colonial intentó reinstaurar. Al frente del mismo estaba Atanasio Tzul, figura que se ha convertido en testimonio de dignidad y símbolo de la unión comunitaria. Conoce más sobre él.
¿Quién fue Atanasio Tzul?
Atanasio Tzul fue un líder indígena maya k’iche’ del Altiplano de Guatemala, originario de Totonicapán. Según la Historia General de Guatemala: era “mayor de 60 años, indio principal, de oficio labrador” y gozaba de gran prestigio por haber sido justicia en su comunidad.
Su figura se volvió emblemática porque se negó a colaborar con difundir la orden o recolectar los tributos coloniales. Estos habían sido eliminados o reducidos en 1812, por las Cortes de Cádiz. Pero al recuperar poder el rey Fernando VII, ordenó volver a cobrarlos.
Atanasio Tzul “se había mostrado renuente a cobrar los Reales Tributos, limitándose a exigir el pago de los impuestos de comunidad, sueldos y eclesiásticos”.
¿Cómo era físicamente?
La memoria histórica lo describe como un hombre de porte imponente: corpulento, de piel morena, cabello abundante y algo cano, rostro alargado y facciones recias.
Sus características transmitían autoridad, y su edad reforzaba la imagen de Principal y referente de la unidad de su pueblo.
¿Por qué se rebeló?
El origen de la rebelión estuvo en la negativa de los pueblos indígenas a pagar tributos que consideraban injustos. La tensión se acumuló cuando las autoridades locales insistieron en el cobro.
El 11 de julio de 1820 el alcalde mayor, español, tuvo que huir de Totonicapán “ante el temor de que los indígenas k’iche’ cumplieran la amenaza de decapitarlo, pues estaban convencidos de que era un ladrón, que les exigía tributos, teniéndolos el rey absueltos de esa contribución”.
¿Qué ocurrió durante el levantamiento?
El 12 de julio, en un acto de gran simbolismo, “Atanasio Tzul fue coronado rey, y otro líder indígena, más joven, Lucas Aguilar nombrado presidente”. Tzul ocupó una silla a manera de trono, la cual aún se conserva y es resguardada por los 48 cantones de Totonicapán.
La población lo celebró con procesiones, fuegos artificiales y corrida de toros. Cinco pueblos vecinos a San Miguel Totonicapán (San Francisco El Alto, Momostenango, San Andrés Xecul, San Cristóbal Totonicapán) se unieron a la insurrección, lo que hizo que los españoles temieran que se extendiera por todo el Altiplano.
La rebelión se prolongó por más de veinte días, un hecho insólito para la época, pues normalmente los disturbios eran sofocados en menos de una semana.
¿Cómo terminó aquella rebelión?
El 3 de agosto de 1820 el comisionado Prudencio de Cózar entró en Totonicapán “con más de 1,000 hombres”. Hubo enfrentamientos con los pueblos sublevados y “alrededor de 42” líderes fueron capturados, entre ellos Atanasio Tzul y Lucas Aguilar. Fueron azotados públicamente y enviados presos a Quetzaltenango.
¿Qué pasó con Atanasio Tzul después?
El proceso judicial contra los rebeldes nunca se concluyó. En 1821, Tzul y sus compañeros solicitaron la gracia del perdón: “Atanasio Tzul, Lucas Aguilar y los otros acusados solicitaron la gracia del indulto el 25 de enero de 1821, y les fue concedida la libertad el 1º de marzo de 1821”, relata la Historia General de Guatemala.
¿Por qué es importante la figura y simbolismo de Atanasio Tzul en la historia de Guatemala?
La rebelión de Totonicapán fue “el último motín documentado del período colonial” y se recuerda porque logró unir a varios pueblos indígenas en contra de un tributo considerado injusto.
Atanasio Tzul, con su imagen de anciano de cabellos canos y su prestigio comunitario, encarnó la dignidad y resistencia de los pueblos mayas frente al poder colonial, y por ello es recordado como precursor indígena de la independencia. El monumento más famoso erigido a su memoria es la escultura del artista guatemalteco Rodolfo Galeotti Torres, que se encuentra precisamente en Totonicapán.
Héroes y símbolos guatemaltecos













