La huella de Roberto González Goyri está en calles, museos, galerías, libros pero sobre todo en la memoria de millones de guatemaltecos que han pasado ante algunas de sus grandes obras.
Roberto González Goyri fue uno de los más grandes exponentes del arte guatemalteco del siglo XX. Escultor, pintor y muralista, dejó un legado que transformó la manera en que el país mira y entiende sus expresiones artísticas.
Nació en la ciudad de Guatemala en 1924 y desde muy joven mostró inclinación por el dibujo y la escultura. A los 14 años ingresó a la Escuela Nacional de Artes Plásticas, donde comenzó a pulir su talento. Su carrera lo llevó más allá de las fronteras: estudió en Nueva York y expuso su obra en galerías internacionales, lo que lo convirtió en uno de los artistas guatemaltecos más reconocidos fuera del país.
Un artista completo
González Goyri se destacó en varias disciplinas. Fue autor de importantes murales y esculturas públicas que aún embellecen la ciudad de Guatemala. Su obra más emblemática y enorme es el mural del lado poniente del Banco de Guatemala.
No tiene título y sus formas, abstractas parecen aludir o semejarse a una estela maya, pero con interpretación artística moderna. “González Goyri trabaja con la armonía de la imaginación y del cálculo. (…) Es interesante cómo da soluciones y resuelve el problema de la luz y de la sombra que se crea con el relieve. El autor divide en tres partes la altura del mural y no le da el mismo grosor a los relieves, así como a la medida de las formas”, explicó la crítica de arte Irma Lorenzana de Luján en su tesis “El mural en Guatemala”.
Reconocimientos
En vida recibió numerosos premios y reconocimientos, tanto en Guatemala como en el extranjero. Su trabajo fue valorado por su innovación, su fuerza expresiva y su capacidad para reflejar la identidad nacional en formas contemporáneas.
Legado
La importancia de Roberto González Goyri radica en que supo conectar el arte tradicional con las tendencias modernas de su tiempo. Sus murales, esculturas y pinturas no solo adornan espacios, sino que cuentan historias y transmiten mensajes que siguen vigentes.
Murió en 2007, pero su obra continúa siendo estudiada, admirada y celebrada, tanto en Guatemala como en el ámbito internacional. Para muchos, González Goyri no solo fue un artista, sino un símbolo del arte guatemalteco del siglo XX.
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